El saludo. Querida “República”: hay caídas que se acuerdan, salidas que se pactan, ajustes que se conciertan. La negociación es parte de “La Cosa Pública” y suele estar supeditada a intereses políticos y de grupo.

El mensaje

La muy comentada salida de Alejandro Gertz Manero deja más preguntas que respuestas. Sus últimos días como Fiscal General de la República fueron rubricados con el sello que distinguió su gestión: la opacidad.

Desde 2019, la transformación de la antigua Procuraduría General de la República en una fiscalía autónoma -que se anunciaba “independiente”- recayó, por decisión del expresidente López Obrador, en un personaje obscuro y sombrío. ¿Qué podía salir mal?

El resultado no fue distinto al esperado: falta de operación, fracaso en las judicializaciones, además del encubrimiento de escándalos de corrupción como la Estafa Maestra, Odebrecht, Ayotzinapa o Rancho Izaguirre, por mencionar algunos.

Su salida anticipada, largamente negociada, tuvo por principal operador a otro impresentable: el senador y “hermano tabasqueño” Adán Augusto López; a quien la Fiscalía de Gertz afectó con presuntas filtraciones de casos de corrupción y contrabando.

Independientemente de que el relevo se celebre como un “golpe de autoridad” de la Presidenta -necesitada de ello-, o que por el contrario se interprete como una muestra de poder del grupo tabasqueño que “barre con todos”, el legado del exfiscal está marcado más por sus abusos de poder, que por sus resultados.

La anunciada y negociada llegada de Ernestina Godoy -ex consejera jurídica de la Presidencia- no augura una ruta muy distinta para la Fiscalía; más cercanía con el poder y más cálculos políticos, lo que probablemente conlleve más fabricación de delitos, más manipulación de datos, e incluso más espionaje. Por ahora el único beneficio, acaso, es el de la duda.

En el aire quedan muchas preguntas:

¿Qué negociaron la Presidenta y el Coordinador del Grupo Parlamentario de Morena en la Cámara Alta para concretar la salida de Gertz?

¿Cómo participó el expresidente López Obrador para cuidar sus propios intereses y los de sus cercanos?

¿Por qué decidió reaparecer justo la misma semana esbozando sus “muestras de apoyo” -deslizando una advertencia velada- en caso de que el país se le “salga de las manos” a su sucesora?

¿Qué negoció el oficialismo con algunos sectores de la oposición?

¿Hasta cuándo los intereses del poder seguirán por encima de la procuración de justicia?

La despedida

Querida “R.”: recuerda con Benjamin Franklin que “el primer error que se comete en los negocios públicos es consagrarse a ellos”. Por duro que sea, defiende tu ciudadanía, y defiende a México, desde el equilibrio y la congruencia.

La firma

Tu amigo: “El Discursero”.

P.D. En espera de una próxima carta, deshazte del sobre amarillo.

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