El saludo. Querida “República”: emitir una opinión crítica en la “La Cosa Pública” conlleva sus costos. Pero es la vía responsable que tenemos para defender la libertad de expresión como una conquista ciudadana; y no, como una concesión del gobierno.
El mensaje.
El abuso de poder en contra de ciudadanas y ciudadanos por emitir su opinión a título personal es una señal que no debe pasar desapercibida.
Por favor lee con atención el siguiente texto:
“Te pido una disculpa, DATO PROTEGIDO, por el mensaje que estuvo cargado de violencia simbólica, psicológica, por interpósita persona, digital, mediática y análoga, así como de discriminación, basado en estereotipos de género. Esto perjudicó tus derechos político-electorales porque minimizó tus capacidades y trayectoria política”.
¿Le encuentras sentido humano?, ¿le hallas sentido político?, ¿le confieres algún sentido didáctico?, ¿le atribuyes siquiera un poco de sentido común?
Dicha disculpa publicada el pasado 12 de julio desde la cuenta de X de la ciudadana Karla Estrella, misma que deberá publicar textualmente durante 30 días, es parte de la sanción que comenzó a cumplir y que fue dictada por la Sala Regional Especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, por violencia política en razón de género.
¿El motivo? Haber opinado desde su cuenta de X sobre el proceso interno que llevó a “DATO PROTEGIDO” a obtener una diputación federal.
La sanción impuesta por parte del Tribual Electoral ya fue condenada públicamente; considerada como “excesiva” incluso por la presidenta Claudia Sheinbaum, quien una y otra vez ha dicho que la libertad de expresión en nuestro país se encuentra sana y garantizada.
Pero más allá de dichos, opiniones o posicionamientos, el auge de la censura es indudable. Su “agenda silenciosa” abarca el control del Poder Judicial, la eliminación de organismos autónomos, la supresión de mecanismos de transparencia y rendición de cuentas, la anulación de voces a favor de los Derechos Humanos y el control de tribunales electorales. Su “agenda ruidosa” incluye la disculpa pública por parte de un ciudadano al presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, la aprobación de leyes para censurar la libertad de expresión, los amagues y las persecuciones cada vez más recurrentes en contra de periodistas y ciudadanos.
El poder anda muy incómodo últimamente. Y mientras siga así, la censura no descansará en su afán de arrebatarnos ese derecho constitucional y esa conquista de la sociedad mexicana llamada libertad de expresión.
La despedida.
Querida “R.”: pregúntate qué tan lejos estás de ser censurada por comunicar tus ideas, tus opiniones y creencias. Reflexiona, cuestiona, abraza la verdad, eleva tu voz y haz ciudadanía antes de que sea demasiado tarde.
La firma.
Tu amigo: “El Discursero”.
P.D. En espera de una próxima carta, deshazte del sobre amarillo.