El saludo. Querida “República”: desde niños aprendemos a mentir para evitar las consecuencias de nuestras acciones. Dichas mentiras de la infancia forman parte de nuestro desarrollo cognitivo, emocional y social; sus causas están vinculadas a la exploración de límites, al miedo al castigo y la imitación.

Las mentiras de la adultez se deben a esas causas y también a otras motivaciones. La falsedad o desvergüenza descarada al mentir alcanza todos los sectores empresariales, sociales y políticos; y sí, como lo suponías, “La Cosa Pública” está llena de cinismo.

El mensaje

El desprestigio de la política y de sus instituciones se debe, en buena medida, al cinismo de los actores políticos; a su desvergüenza al mentirle a la gente descaradamente.

La estrategia del “mal príncipe” de Maquiavelo, alejada de la de su “príncipe prudente”, parece haber quedado grabada desde hace mucho tiempo en el imaginario de una buena parte de nuestra clase política: “el fin justifica los medios”.

Esta lógica “del poder por el poder” se caracteriza por el doble discurso, la demagogia y la falta de convicciones éticas; se revela en su manera de esconder, tergiversar o falsear la realidad para mantenerlo.

La semana pasada la presidenta Claudia Sheinbaum señaló que “gracias a la 4T hay libertad de expresión, ya no hay censura”. Más allá desmemorias y nubarrones históricos, valdría la pena aclararle que dicho derecho no es una concesión del poder, sino una conquista de la sociedad mexicana; ello, sin mencionar las descalificaciones constantes a sus críticos, los asesinatos de periodistas y los evidentes amagos autoritarios de su gobierno.

Semana en la que Adrián Rubalcava, exalcalde priísta acusado de corrupción, fue nombrado por Clara Brugada como nuevo director general del Metro de la CDMX. Al ser cuestionada sobre su contratación, a escasas horas de que su proclama de “ética política” fue aprobada en el Consejo Nacional de Morena, la Presidenta respondió: “hay que darle una oportunidad”.

Misma semana en la que afirmó que la Sra. Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del expresidente López Obrador, “está en su derecho” de solicitar la nacionalidad española, luego de que se reportara su presencia en la Embajada de España en México con dicho propósito. Y sí, está en su derecho; pero también demuestra una gran incongruencia tras haber realizado activismo político para exaltar sentimientos nacionalistas -propagandistas- en contra de la corona española.

Desde el oficialismo seguirán repudiando al PRI y al PAN, sumando a más exmilitantes a sus filas y emulando lo peor de ellos; seguirán exaltando un “ánimo patriotero” y negando la realidad que no se ajuste a su propaganda.

La despedida

Querida “R.”: el cinismo, disfrazado de pragmatismo político, no conlleva ningún efecto social positivo; detéctalo, señálalo y combátelo con tus decisiones éticas.

La firma

Tu amigo: “El Discursero”.

P.D. En espera de una próxima carta, deshazte del sobre amarillo.

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