Opinión

¿Qué pasa en el CUEC?

24/04/2015 |07:11Juan Manuel Badillo |
Redacción Querétaro
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El pasado viernes 17 de abril un grupo de alumnos de la escuela de cine de la UNAM tomó las instalaciones y expulsó a su director, el crítico de cine José Felipe Coria. Un par de horas más tarde, la rectoría de José Narro Robles confirmó de manera oficial que separaba al funcionario del cargo.

Coria fue acusado de acoso, violencia de género y discriminación por parte de una alumna, Sabrina Muhate, española radicada en México,  y su caso se encuentra en las manos de los abogados universitarios.

Es la primera vez que estudiantes del CUEC expulsan a un director y fue la más rápida salida de un funcionario en la historia de la UNAM, de hecho rompió récord: dos horas con 30 minutos.

Desde entonces la dirección de la escuela de cine, ubicada en Ciudad Universitaria, se encuentra tomada por el estudiantado y lo que parecía un caso de acoso que podía ser resuelto con la salida del señalado, ha derivado en complejo conflicto universitario.

En este rompecabezas, los profesores del CUEC pelean por la dirección de la escuela sin importarles el destino de Coria y su líos con una alumna, con quien se especula mantuvo una relación sentimental.

Los alumnos del CUEC defienden a su compañera, pero también reclaman el derecho de ser tomados en cuenta la designación de director y que no se minimice su movimiento. Finalmente, y tiene razón, fueron ellos los que iniciaron las protestas y son esos muchachitos los que mantiene la dirección de la escuela en su poder.

En poco menos de una semana el conflicto estudiantil en el CUEC ha pasado de ser un tema local, de gremio, entre estudiantes y maestros, para ser un asunto que debe ser discutido con más en seriedad.

Que no se olvide que el CUEC fue la casa de los dos cineasta mexicanos que ganaron el premio Oscar, por primera vez en la historia de ese premio y de este país: Alfonso Cuarón con Gravity y el cinefotógrafo Emmanuel “El Chivo” Lubezki, por Gravity y Birdman de Alejandro González Iñárritu. Que luego Cuarón y “El Chivo” hayan dejado la escuela o los hayan expulsado, como aseguran, es otra cosa.

El mismo Cuarón reconoció sus orígenes en la película Los niños del hombre, al plasmar en una escena una pinta con las iniciales de la escuela de cine que abandonó antes de embarcarse a Hollywood y vivir en una camioneta.

En esa escuela fue donde se formaron cineasta de otras generaciones con Jorge Fons, María Novaro, Marcela Fernández Violante, y muchos más.

El CUEC ha sido también la casa de directores nuevos o casi nuevo, como Julián Hernández, el primero en ganar un premio Teddy en el festival de Berlín; Alonso Ruizpalacios, cuya película Güeros fue premiada en el pasado festival de San Sebastián y en Berlín; Emmanuel Lubezky, uno de los primeros que emigraron a Hollywood y hablar de la famosa “muralla de nopal”; Fernando Eimbcke de Temporada de patos; José Manuel Cravioto y Ernesto Contreras, directores del documental Café Tacvba: seguir siendo, y muchos, muchos más.

El CUEC es una de las escuelas más importante de México y de América Latina, junto con el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) y lo que suceda en ella debería ser de interés general y no sólo de unos cuantos.

Que tampoco se olvide que el movimiento estudiantil de 1968 tuvo como origen una pelea de estudiantes en un partido de fútbol americano y que esas cosas suceden cuando no se toman en serio los reclamos de un puñado de jóvenes que sólo piden lo que les corresponde por derecho: ser escuchado y ser tomados en cuenta.  FIN