En un rincón especial de la música Adrià, el carismático cantante de La Pegatina, y Bruno, un músico y compositor que también ha marcado su huella en la escena, se han unido para formar un proyecto que promete sorprender al público.

La historia de esta alianza comenzó cuando Adrià y Bruno se conocieron en la FIM de Guadalajara, un encuentro que marcó el inicio de una amistad. “Nos conocimos en casa de Cancamusa, una artista chilena, rodeados de muchos otros artistas. Desde ese momento, algo hizo ‘clic’ entre nosotros”, comenta Bruno con una sonrisa.“Ahí, entre risas y alcohol, decidimos hacer una gira por Guadalajara”, añade Adrià, quien de inmediato se muestra entusiasta por la idea de unir fuerzas.

El resultado de esta interacción ha sido una mezcla única de estilos, que se concreta en un proyecto conjunto. “Cada uno presenta su material, pero con un toque personal”, dice Adrià, aludiendo a sus respectivos discos Corazón de Maguey y el más reciente de Bruno. El tour que están llevando a cabo tiene la intención de ofrecer al público una experiencia más íntima, donde la música se convierte en un lenguaje compartido.

Cuando se le pregunta a Bruno sobre cómo fue que reconoció la capacidad artística de Adrià, su respuesta es clara: “Admiro mucho la actitud de Adrià sobre el escenario. No lo conocía bien al principio, pero me llamó la atención su presencia, su energía. Cuando descubrí que compartíamos amigos y gustos musicales, eso me dio más seguridad para proponerle hacer algo juntos”. Para Adrià, esta complicidad también fue inmediata. “Bruno tiene un talento increíble, y nuestra amistad creció no solo por la música, sino por el respeto mutuo”, asegura.

La unión de estos dos artistas con trayectorias tan distintas refleja algo fundamental: la posibilidad de aprender y crecer a través del otro. “Yo soy muy cerrado en mi forma de hacer música, me gusta estar en mi isla”, comenta Bruno. “Pero con Adrià he aprendido a explorar otros géneros y enfoques musicales, y eso me ha abierto nuevas puertas”, agrega.

Adrià, por su parte, resalta lo que ve en el estilo de Bruno: “Él tiene algo único, una forma de transmitir emoción en sus canciones que llega al corazón. A veces, la gente se emociona tanto que se pone a llorar en sus conciertos, y eso no es algo que pase con facilidad. Esa autenticidad es la que admiro de Bruno”.

“El público tiene la oportunidad de vernos en su forma más desnuda, solo con guitarra y voz”, explica Adrià. “Hemos dividido el show en bloques, en los que alternamos entre temas más tranquilos y otros más festivos, creando un viaje emocional que no aburre a nadie”.

Ambos coinciden en que la música debe ser un puente entre diferentes emociones, y la diversidad de géneros que ofrecen en sus presentaciones tiene ese objetivo. “El público mexicano es muy ecléctico”, apunta Adrià, “y eso es algo que nos encanta, porque podemos llevarlos desde la calma hasta la fiesta sin perder la esencia de lo que somos”.

“Quería probar algo diferente, mostrar una faceta más íntima de mi música”, comenta el cantante sobre Corazón de Maguey, su más reciente trabajo. “Este disco tiene mucha variedad de géneros: desde la cumbia hasta el folk latinoamericano, pero siempre manteniendo mi esencia”. De hecho, Bruno estuvo presente en la presentación del disco en Barcelona, donde ambos compartieron escenario, dejando en claro la química que hay entre ellos.

Bruno también está presentando su nuevo disco, que ha sido un homenaje a su trayectoria musical. “Este es un disco con muchas colaboraciones, no solo con Adrià, sino con otros músicos de Mallorca y España. Es algo muy personal para mí, y estoy muy contento con cómo ha quedado”, dice Bruno con entusiasmo.

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