En el Senado hay 45 opositores oficiales y en la Cámara de Diputados 128. Son los del #PAN, #PRI, #MC y #PRD. Ni los pelan. Van a pasar lista, y se regresan a su casa.
Morena y sus aliados tiene una absoluta mayoría legislativa. De 500 Diputados 372 son de ellos; y de 128 senadores tienen a 83.
Que la aplanadora oficialista no pele a los opositores (ni siquiera los voltea a ver), es una práctica política (no democrática) que se ha normalizado. Morena gobierna con sus élites. Ahí está el poder y la toma de decisiones. Los demás son decenas de momias del montón: Levanta-dedos.
Políticos que se arrinconan en provincia. Que sobreviven, en su silla mullida del café del portal. En Querétaro son opositores a todo. Dogmáticos y trasnochados, refugiados en una izquierda que utilizan para tener una posición que, en competencias personales, aquí no tendrían.
La poderosa marca, los tiene embalsamados, explotando su podercito de sarcófago. Deambulan en los pasillos de las Cámaras. Sin voto, ni voz, ni prominencia.
No tienen (arriba) ninguna fuerza ni influencia federal. Son políticos pueblerinos. De esos que (ternuritas) piensan que una selfie, no sólo los acerca al cachete de la presidenta Claudia Sheinbaum sino también, a su corazón.
En Querétaro, hay varias momias.
En la oposición. Excepto la panista Tania Palacios, todos los demás (Roberto Sosa, María Lorena García. Los priistas Abigail Arredondo y Mario Calzada; y Laura Ballesteros de MC) ni se notan. Su minoría es tan patética, como sus intenciones de destacar. Están reducidos a nada. En el Senado Lupita Murguía y Agustín Dorantes (también acotados). Hacen intentos, sin muchos resultados.
Pero ¿qué hacen los de Morena y sus aliados? Son parte de ese poder. Presumen cercanía. Son (entonces) más irresponsables. Ninguno de ellos ha conseguido algo. Algún apoyo federal para los queretanos.
En sus narices quitaron a Querétaro apoyos para medicinas, seguridad, obras públicas y apoyo al campo. Nunca lo vi subirse a tribuna, y defender con esa vehemencia que grillan aquí en redes y cafés, esos apoyos.
¿Qué tendrían que hacer los que se presumen cercanos al poder?
¿Qué tendrían que conseguir para Querétaro, los que están dentro de esa aplanadora del segundo piso de la cuarta transformación?
Morena y el Verde tienen sus momiotas:
Gilberto Herrera Ruiz (un exrector de la UAQ convertido en porro) y su pupila Rufina Benítez que maneja a capricho el partido. Un Luis Humberto Fernández, más doctrinario que popular.
Sarcófago aparte merece Ricardo Astudillo. Oportunista y cabildero a conveniencia, que tiene cerca de 20 años viviendo de los impuestos de todos los mexicanos.
En el Senado (donde se ganan $125 mensuales) la morenista Beatriz Robles acaba de asumir la presidencia en la Comisión de Energía. Antes y (hasta) hoy no ha hecho nada demostrable por los queretanos. La marca hizo momias, que sólo les alcanza para grilla provinciana. Entre la mortaja nada más les brillan los ojitos. ¡Nada más!
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