En Querétaro, el agua dejó de ser un tema de comodidad para convertirse en un factor de sobrevivencia. Las cifras son duras: el acuífero del Valle de Querétaro presenta una sobreexplotación de hasta 40 millones de metros cúbicos anuales y la demanda crece al ritmo de la población más dinámica del país.
En este contexto, el proyecto El Batán: Agua para Todos no es una ocurrencia. Es la última gran oportunidad viable, para asegurar agua potable en los próximos 30 años.
El plan, respaldado por la presidenta Claudia Sheinbaum y por la propia Comisión Nacional del Agua (Conagua), contempla regenerar y potabilizar hasta 155 mil metros cúbicos diarios de agua de reúso, equivalentes a mil 800 litros por segundo.
Usará tecnología de punta: membranas MBR, carbón activado, ozonización y humedales funcionales para biocontrol. Procesos que ya funcionan en Singapur, California o Namibia con cero incidentes sanitarios reportados en décadas. La experiencia global es clara: el reúso potable es seguro, si se ejecuta con rigor técnico y transparencia.
El costo inicial —unos 10 mil millones de pesos—, y el compromiso financiero total por 30 años vía Asociación Público-Privada ronda los 41 mil millones. Un gran reto a socializar.
La parte de Morena, que se opone, ha preferido agitar banderas de “deuda disfrazada” y “riesgo sanitario” antes que proponer alternativas de similar alcance:
Morena ha pedido mesas técnicas y revisiones, lo cual es válido; pero la inercia del debate radical no puede frenar una solución que, con la supervisión adecuada, puede convertirse en modelo nacional.
Apostar por regenerar agua en lugar de perforar más pozos no es un capricho ecológico: es blindar a Querétaro contra el colapso hídrico. No se trata de política, sino de futuro. El gran reto no es técnico ni financiero: es social. Convencer a los queretanos de que el agua que beberán fue, alguna vez, agua usada… y que gracias a la ciencia, la ingeniería y la previsión, volverá a ser cristalina, segura y, sobre todo, suficiente.
Porque si algo nos enseña la historia, es que la verdadera viabilidad de una metrópoli (que crece tan aceleradamente —aún sin Tren—), es el caudal de agua que corre por sus tuberías.
En #Querétaro se solicitan mil tomas nuevas de agua al mes. Si no camina el Batán, será imposible tener agua a la par de este crecimiento. Unas 25 familias vienen a vivir diario aqui.
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