Septiembre es el mes de la conciencia sobre el suicidio en todo el mundo. Es un momento en el que debemos hablar de un tema que afecta profundamente a México y a tantas otras partes del mundo. Más de 700 mil personas pierden la vida por suicidio cada año en todo el mundo, y en México, más de 8 mil 200 personas toman la trágica decisión de poner fin a sus vidas anualmente. Estas cifras son alarmantes y requieren una acción inmediata.
El suicidio no solo es una tragedia personal, sino también una problemática social y una tragedia familiar que deja cicatrices profundas y duraderas. En 2020, Querétaro reportó 245 muertes por suicidio, colocándonos en el quinto lugar a nivel nacional en términos de tasas de suicidio por cada 100 mil habitantes. Esta es una estadística que no podemos ignorar, y nos insta a buscar soluciones y crear conciencia sobre la salud mental en nuestra comunidad.
En Querétaro, contamos con una línea de atención para personas que enfrentan problemas de salud mental, y la Secretaría de Salud del estado revela que el 13% de las llamadas a esta línea son identificadas como de riesgo suicida. Esto significa que 13 de cada 100 personas que buscan ayuda en esta línea enfrentan un riesgo real de suicidio. Si bien es alentador que exista este recurso de atención primaria, es un recordatorio de que en México aún no estamos acostumbrados a abordar la salud mental de manera efectiva.
Según estimaciones, el 25% de la población mexicana enfrenta problemas de salud mental en algún momento de sus vidas, pero lamentablemente, solo 3% de esas personas busca ayuda profesional. Existe un estigma arraigado en nuestra sociedad que desalienta a las personas a buscar apoyo emocional. Muchos creen que acudir a un psicólogo o psiquiatra es señal de estar “loco”, cuando en realidad, es una muestra de valentía y autocuidado.
México ocupa el segundo lugar en el mundo en términos de discriminación hacia las personas con enfermedades mentales. Esta es una estadística que debería avergonzarnos y motivarnos a cambiar nuestra percepción de la salud mental. Necesitamos comprender que la salud mental es tan importante como la salud física y merece la misma atención y cuidado.
Presenté una iniciativa en la Legislatura de Querétaro para modificar el concepto de salud pública en México. Propongo que la salud pública no solo aborde cuestiones físicas, sino también emocionales y mentales. Es hora de normalizar la atención a la salud mental y brindar apoyo a quienes lo necesitan.
La iniciativa busca incluir la salud mental en las 196 clínicas que brindan atención de salud en todo el estado de Querétaro. Esto garantizará que las comunidades marginadas también tengan acceso a servicios de salud mental y que las personas no enfrenten barreras para buscar ayuda. Es un paso importante hacia la eliminación del estigma que rodea a la salud mental en nuestra sociedad.