El 28 de agosto es un día especial en México, donde se celebra a una o uno de los integrantes más consentidos de la familia: las y los abuelos. Ese día en particular, la o el adulto mayor rebasa al fútbol y a la novela en la lista de prioridades de las familias mexicanas, y es objeto de festejo con comidas, reuniones familiares y regalos. Y todo parece ir genial, parece que existe un genuino amor y respeto a la vejez hasta que los feminicidios a las adultas mayores se duplicaron en Ciudad de México, la prevalencia del maltrato a las y los adultos mayores es del 32% y sobre todo, a pesar de ser una parte fundamental de la agenda de la 4T, no parece haber resultados extraordinarios.
Es una tristeza escuchar que a pesar de que las y los adultos mayores en la familia tienen un valor especial, la Organización Mundial de la Salud asegura que al menos uno de cada diez adultos mayores viven maltrato o algún tipo de violencia. En el caso de México, según medios de comunicación y como se mencionó anteriormente, la prevalencia del maltrato fue del 32.1%. El más frecuente fue el psicológico, con un 28.1%. Casi el 58% de los encuestados informó haber sido víctima de algún tipo de abuso, el 34% de dos, y el 8% de tres o más. Otro estudio reveló una prevalencia del 16.2% de agresiones a adultos durante 2019. De los afectados, el 12.7% fue víctima de maltrato psicológico, el 3.9% económico, el 3.7% físico, el 3.5% de descuido o abandono, y el 1% de violencia sexual.
Pero la violencia que viven las y los adultos mayores, en particular las y los abuelos, no se limita a esa tipificación, sino que también les someten a políticas “de bienestar” sumamente violentas. Se lee en medios de comunicación: “Gobierno de AMLO propone pagar a abuelos que cuiden niños en lugar de estancias infantiles”.
Es decir, para solucionar un supuesto desvío de recursos en las estancias infantiles, lo mejor que se le ocurrió al gobierno de López Obrador fue que los padres con bebés encarguen a sus hijos con los abuelos, quienes serán remunerados por tal trabajo. El problema no solamente es disponer del tiempo, energía y hogares de las y los abuelos, sino que tiene un trasfondo todavía mayor. El problema radica en que la violencia que viven las y los adultos mayores en México no se limita a los tipos ya mencionados, sino que se ven como objeto de beneficio en una agenda gubernamental que sólo les toma en cuenta a conveniencia. El problema es que no se está atendiendo la violencia y el abandono, y muy por el contrario, Morena piensa que con una pensión universal se resuelve todo y listo. Morena lucra con las necesidades de la vejez mexicana haciéndoles creer no solamente a ellos y ellas, sino al resto de la población que les otorga un genuino apoyo sin decirles que en realidad, tiene código de barras y el precio es aceptar el engaño.
Una pensión universal y una promesa de campaña de mejorar la calidad de vida no está resolviendo los casos más brutales y violentos, como la reciente violación y feminicidio de “Doña Trini”, que vivió la brutalidad de la violencia machista al interior de su propio hogar.
No se trata solo de acordarse del abuelo o abuela en el día del festejo, o cuando se necesita un favor como cuidar a los nietos en una noche de fiesta. No se trata de otorgar una pensión universal mínima y pensar que todo está resuelto. Se trata de visibilizar la problemática, comenzar a construir políticas de bienestar que no ejerzan violencia contra la vejez, que vele por sus derechos y que otorgue a las y los adultos mayores un lugar genuino en la sociedad y no a conveniencia política. ¿Usted se acuerda de sus abuelos solo cada 28 de agosto?