Los recientes Juegos Panamericanos 2023 en Santiago de Chile han dejado una luz de esperanza para los amantes del deporte en Querétaro, marcada por la destacada actuación de siete talentosos atletas locales. En medio de esta celebración de logros y esfuerzos, lamentablemente, una sombra se cierne sobre el panorama deportivo nacional.
Brandon Plaza, con su brillante desempeño en Taekwondo, se convirtió en el primer medallista de oro, mostrando un nivel excepcional de habilidad y dedicación. A su vez, Daniel Urquiza, Gilberto Cardoso, Javier Rojas, Tonatiu López, y el equipo de futbol con Edson Ayon y Fernando Tapia, con sus respectivas preseas, han llevado el estandarte de la excelencia deportiva de Querétaro a lo más alto.
El resplandor de la victoria de los queretanos en disciplinas como taekwondo, tiro con arco, judo y atletismo es un testimonio del sacrificio, la dedicación y la persistencia de estos atletas. Sin embargo, este brillo se empaña por una realidad más amplia y desalentadora que se extiende por todo el país, revelando una crisis sistémica en el deporte mexicano.
La situación es desoladora: la falta de recursos para apoyar a deportistas de alto rendimiento es evidente, como lo demuestran los casos de decenas de deportistas quienes, para financiar su viaje a una competencia, se ven obligados a realizar subastas, vender sus uniformes olímpicos o generar mercancía para financiar sus gastos. La historia se repite con deportistas sin recursos para campeonatos mundiales y equipos completos excluido de los Juegos Centroamericanos debido a descuidos administrativos.
Este escenario de carencias y obstáculos no se limita a la escasez de recursos. Los entes rectores del deporte, encabezados por la Conade y su titular Ana Gabriela Guevara, han sido señalados por su presunto mal manejo de fondos y su incapacidad para ofrecer el respaldo necesario a los atletas.
El testimonio de Guevara, quien una vez denunció la corrupción y la ineptitud en su federación, parece desvanecerse en su rol actual. La falta de transparencia en el uso de recursos, las acusaciones de corrupción y la desaparición de fideicomisos para becas deportivas plantean dudas sobre el compromiso genuino con el desarrollo del deporte.
Las irregularidades financieras no son un asunto aislado. La Auditoría Superior de la Federación ha detectado fallas que involucran millones de pesos en gastos públicos, lo que refleja una gestión deficiente en la Conade. Las federaciones deportivas tampoco están exentas de controversias, con acusaciones de desvío de recursos y malos manejos por parte de sus directivos.
A pesar de este contexto adverso, los atletas queretanos, con su determinación y pasión, han conseguido destacarse en un evento de renombre internacional. Son un símbolo de superación y perseverancia que merece reconocimiento y apoyo incondicional.
En este escenario, es fundamental que las autoridades reflexionen sobre la urgente necesidad de reformas estructurales en el ámbito deportivo.