Veamos a la democracia mexicana como un examen, uno de esos exámenes difíciles de final de semestre, que ponen nerviosos a todo el salón, porque de él depende no sólo una calificación sino el futuro de toda una carrera profesional, en este salón hay distintos compañeros de clase.
En nuestra clase cada quien tiene su forma de prepararse, unos leen, otros hacen mapas conceptuales, hay quienes, debatiendo, estudian; y también están los que confían en su habilidad para hacer trampa, aquellos que buscan hacer tonto al maestro y darle la vuelta, con acordeones o copiando las respuestas al más avanzado. Ellos son los alumnos de doble moral, que presumen dieces obtenidos por la trampa, como si fueran legítimos; los que se sienten orgullosos de su habilidad para hacer engañar, sin saber que sólo se engañan a sí mismos.
En nuestra democracia, cada semana aparecen más formas de hacer trampa, de darle la vuelta a la ley y hacer campaña anticipada. Están los descarados que llevan años sin estudiar, que han sido fósiles toda su vida, como Andrés Manuel López Obrador, quien se tardó 11 años en concluir sus únicos estudios profesionales, una licenciatura, y ahora lo repite con por lo menos 11 años de campaña desde 2006, y siendo dueño de un partido, Movimiento de Recaudación Nacional, se escuda en cientos de mítines y asambleas para presentarse en cuanta plaza pública puede.
También están los cínicos que disfrazan y maquillan sus trampas, ya sea por medio de Asociaciones Civiles, que operan con recursos de procedencia opaca, pretexto para tapizar de publicidad y recorrer el país a lo largo y ancho, Yo con México se llama una de esas; encabezada por Margarita Zavala, a quien la semana pasada manifestantes le impidieron llevar a cabo un evento en San Luis Potosi, señalándole su falta de acción ante el caso de la guardería ABC.
Hay otros que escriben libros que ni su familia lee, pero hacen más presentaciones y publicidad que cualquier best seller, así demuestran “La fuerza del cambio”, el cual seguramente están pagando los poblanos, cambio en forma de espectaculares en todos los parabuses y comerciales en la pelea estelar del Canelo vs Chávez Jr; a Rafael Moreno Valle ya lo acusan de lavado de dinero por esta causa.
Por supuesto que no faltan los que se escudan y justifican en sus tambaleantes liderazgos al frente de partidos políticos para adueñarse de los tiempos oficiales y el presupuesto de comunicación social para mostrar sólo su imagen personal y no la de su partido, Ricardo Anaya ha aparecido en los últimos 3 años en 1.4 millones de spots, en tiempos que corresponden al partido que preside, Ricardo pretende meterse a una competencia apareciendo 1,278 veces al día, ¿a poco no?
Mientras ellos piensan que burlar a la autoridad les traerá buenos resultados, en el Partido Revolucionario Institucional nos estamos preparando, nos aplicamos en diseñar la mejor plataforma, el mejor proyecto y establecer el mejor programa, es una preparación de meses, de esfuerzo, diálogo e ideas. En el PRI estamos estudiando a México a fondo, para entender sus problemas sociales y plantear las mejores soluciones, porque estamos seguros que lo mejor que podemos hacer es llegar preparados, siendo los mejores, al examen del 2018.
¿Cómo pretenden aspirar a gobernar aquellos que son hábiles para darle la vuelta a la autoridad?, ¿con que calidad moral toman las banderas de transparencia, justicia y rendición de cuentas?, si son los primeros en demostrar sus habilidades para violar la ley, ser opacos y operar con recursos de procedencia ilícita.