No duermo, y por más que me recueste y deje de pensar, simplemente no puedo. Las luces, apagadas, yo he sentido que han sido días completos sin dormir, pero no lo sé, porque no ha llegado ella. No me siento bien, y sólo necesito dormir, sólo eso. Escribiré algo en un tiempo, intentaré dormir.
No lo logro, no puedo y ya están comenzando a pasar cosas raras, escucho las voces de alguien más, voces que nunca había oído, y dicen cosas malas, me duele todo, aunque la comida y agua no me faltan, me siento cansado y cada segundo sin poder descansar, hace que las voces suenen más fuerte en el cuarto, quiero parar esto, ya, pero no sé cuánto más puede durar esto. No tengo palabras para describir qué tan horrible es esto y no quiero, sólo quiero dormir.
Ya no aguanto, estoy tolerando como puedo, pero no sé cuánto tiempo más voy a resistir esto; estoy tomando todas las opciones, pero no quiero comenzar a experimentar para ver qué es lo que puede hacerme dormir, las luces siguen apagadas pero aún así no logro dormir. Esto me esta matando, no puedo dejar de pensar en qué hacer para dormir. Por alguna razón es la única palabra que se repite tanto en este pedazo de hoja del diario, dormir, ahora esta perdiendo el sentido. Las voces se hacen más fuertes, parece que me gritan, como si de alguna forma algo aumentara la fuerza con la que lo hacen, no sé qué hacer, iré a intentar más cosas para poder dormir, lo necesito.
Hace poco que ya no hay comida ni agua, y creo que lo único que me puede servir soy yo mismo, a final de cuentas no siento nada ahora, las ganas de dormir ya no las siento, quiero quedarme despierto, las voces ahora están de mi lado, aunque sigan diciendo las mismas cosas. Ya tengo rojo sobre mi piel, la mordí y comí un poco de ella, pero al menos logré comer algo, lo que sale de mi piel pensé que podía servir como agua pero ahora tengo la garganta seca, y quiero agua, tomé un poco de ese líquido únicamente porque tenía sed y quería algo de ahí, y ahora están regresando las ganas de dormir, pero ya no me siento cansado y sin fuerza, de hecho es como si tuviera energía, como cuando me sentía bien con ella, aún la recuerdo, pero los momentos que alcancé a vivir son vagos, aún sigo recordando su olor, su voz y sus manos tocando las mías, pero a quién le importa, tal vez ni siquiera la vuelva a ver, ha sido mucho tiempo y las luces no se han prendido, de alguna manera mis ojos ya se acostumbraron un poco y al menos logro ver hasta unos pocos en mi cuarto, supongo que me iré un rato a ver qué pasa, la verdad no tengo esperanzas acerca de algo bueno, pero dormir ya no es un problema.
Bueno, hace poco me recuperé, tiene dos días, después de no poder dormir por lo que papá dijo, fueron dos semanas me quedé dormido; luego, papá llegó y dijo que necesitaban curarme, así que llamó a sus amigos azules. Así como la otra vez, los vi ahí, dolió al principio, pero papá prometió que no me dolería y así fue, el dolor desapareció, los hombres azules se fueron y pasó como la última vez, papá me ayudó a bajarme de la otra cama y me dejó, se fue con la cama y luego regresó conmigo. Ella llegó tiempo después, me abrazó, tenía agua en los ojos, y su voz subía y bajaba de tono. Me dijo que a eso se le llamaba llorar, nunca antes había visto a una persona hacer eso, ni si quiera a mí me había pasado, ella lo hizo porque no me vio dos semanas, y sólo quería estar conmigo, dijo que no sabía si me volvería a ver, con un tono ya juguetón me pidió que me moviera, le hice caso y me hice un poco a la derecha, recostó su cabeza sobre mi pecho, y expresó: “mientras lo que sea que esté adentro de ti siga haciendo ‘Bum, Bum’, yo seguiré queriendo estar contigo”.
Agua, esas pequeñas gotas de agua con sabor salado se deslizaron por mis mejillas, como si ella me estuviera acariciando con las puntas de sus dedos, con esa delicadeza y cariño que ella me podía dar, podía sentir mi garganta secándose un poco, volteé mi cabeza hacia donde estaba ella, y por lo que nos quedaba de tiempo solo quería apachurrarla con todas mis fuerzas, porque sería la única manera de decirle que yo quería estar con ella todo el tiempo. Esa sensación de calor en mi pecho se volvió más fuerte, y mientras en mis ojos algo quería refrescarse, dentro de mi pecho algo quería llenar de calor toda la habitación. La sensación era indescriptible, es algo que ni si quiera los autores de los libros que leo podrán explicar con palabras, al final, sin necesidad de tener las luces apagadas me quedé dormido, con los ojos húmedos y ella entre mis brazos, fue lo más bonito que he vivido.
Desperté cuando las luces estaban apagadas, ella seguía ahí, con una tranquilidad que me hacía quererla tener ahí todavía más, es cuando decidí llegar al suelo de un salto e ir por el diario en el que escribo todo lo que me pasa, porque papá me dijo que escribiera cómo me sentía, creo que ahora más que hacerlo por él, lo hago por mí, él ya no tiene mucho peso en mi vida, ya se me hace fácil olvidarlo, en fin, solo quise escribir la experiencia de hoy.
*Estudiante de bachillerato.