Hace unos días, platicando con una querida amiga sobre la situación que guarda la violencia contra las mujeres en Querétaro, concluimos que hacía mucho que ambas no nos sentíamos tan indignadas.

Revisando el Informe sobre Violencia contra las Mujeres del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública al 30 de junio, solo 4 asesinatos de mujeres en Querétaro han sido tipificados como feminicidio, 4 como homicidio doloso y 25 como homicidio culposo. El informe reporta 818 carpetas de investigación por lesiones dolosas, 2,370 por violencia familiar y 348 casos de violación, números que nos parecen bastante cuestionables

Nuestro estado tiene solo un Centro de Justicia para Mujeres, que al igual que las fiscalías especializadas se encuentran en el municipio de Querétaro, y aun cuando los 18 municipios tienen instancias de las mujeres, la mayoría no tienen ni el personal ni el presupuesto suficiente para atender de manera adecuada a las víctimas y sus policías no han recibido capacitación para actuar frente a este tipo de hechos.

La situación es aún más grave cuando observamos los enormes retrocesos en la atención que brinda el Instituto Queretano de las Mujeres, como consecuencia de la salida de la gran mayoría del personal especializado con que contaba hasta hace muy pocos meses. Es por eso que muchas activistas y defensoras de derechos de las mujeres ya no canalizamos a ninguna mujer víctima de violencia al IQM, porque no confiamos en la calidad de la atención que van a recibir. Basta con echar un ojo a las redes sociales del instituto para ver cómo se ha transformado, de un servicio de información para las mujeres víctimas de violencia, en un medio que sirve para la promoción personal de su Directora.

Y si el área metropolitana ha resentido el deterioro en la atención del IQM, en la zona serrana la situación es desesperada. Muchas defensoras de derechos humanos conocemos a víctimas de casos terribles, que se han atendido mal, se han tipificado mal y han terminado mal.

Garantizar el derecho de las mujeres a vivir libres de violencia es una obligación constitucional de todas las autoridades en el ámbito de su competencia, sin embargo, seguimos viendo cómo esta obligación se convierte en una graciosa concesión o de plano en franca burla por parte de quienes tienen en sus manos las riendas de nuestro estado.

Esto no es nuevo. De muchas maneras se lo hemos hecho saber a las autoridades responsables de remediar la situación, pero nuestros mensajes han caído en oídos completamente sordos. El gobernador Mauricio Kuri no acaba de comprender haber colocado en la dirección del IQM a una persona que no comprende su trabajo causa daño, mucho, mucho daño.

Las mujeres y niñas de Querétaro están viviendo violencias cada vez más graves y más frecuentes mientras tanto, el Gobernador se niega a ver cómo la ineptitud de la Directora del IQM poco a poco lo destruye.

Google News

TEMAS RELACIONADOS