Cada vez más evidente la tolerancia del presidente de la República, para con la delincuencia organizada, principalmente aquella dedicada a la siembra, trasiego y venta de narcóticos. Ordenó la desaparición del grupo que se conformaba por más de 50 elementos debidamente capacitados por la DEA en investigaciones especiales.

Sin mediar razón alguna, López Obrador termina de tajo con 25 años de relación que existía entre el grupo especializado en materia de narcóticos con la DEA. Expertos reconocen que el grupo especial de mexicanos antidrogas era considerado como uno de los mejor preparados, participaron en la localización de varios capos de la droga, entre ellos “El Chapo Guzmán”. El libertinaje delictivo.

La política de “abrazos y no balazos” para combatir la delincuencia es fracaso total, criticado por gobiernos extranjeros, programa considerado de “mal chiste”. Ningún país en el mundo aplica la doctrina de abrazar a los delincuentes en lugar de perseguirlos sin piedad para terminar con el cáncer que corroe a la sociedad mexicana. Al parecer la delincuencia opera con el consentimiento y anuencia del mismo Presidente de la República. Los hechos lo demuestran.

El grupo de investigación desintegrado por órdenes directas de AMLO, era una de las unidades profesionales especializadas más reconocidas. Los grupos de la SIU trabajan en más de una docena de países. Funcionarios de la DEA consideraban invaluables sus servicios, ya que ayudaban a desmantelar redes de contrabando, identificar y detener a los capos de la droga en todo el mundo, dada la presencia y coordinación entre los países participantes. Los más de 50 oficiales de esa unidad policial desintegrada por el presidente, alcanzaron el rango de los mejores del país ¿Por qué desaparecer el grupo especializado y terminar con la colaboración? ¿Para dejar manos libres a la industria del narcotráfico?

Sin lugar a dudas que la desaparición del grupo y cancelación de las relaciones para combatir el narcotráfico ponen en peligro los esfuerzos entre ambos países para hacer frente a los múltiples grupos del crimen organizado dentro de nuestro país, considerado como uno de los negocios más prósperos del multimillonario comercio mundial de narcóticos.

AMLO pretende dificultar la captura y enjuiciamiento de los líderes de los cárteles y sus agrupaciones ¿Ovidio Guzmán?

Y a todo esto qué opina Pablo Gómez Álvarez, titular de la UIF. Gómez prefiere acusar a los que no votaron en la ratificación e ignorar a las empresas dedicadas al lavado de dinero.

Analista legislativo. @HectorParraRgz

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