Pues mientras muchos deshojan la margarita respecto a si la plaza de toros Santa María cae o se mantiene en pie, vamos viendo el hipotético caso de que tomen la decisión de demolerla, aparte de todo el legado que ya mencionamos que se perdería a quien más perjudica.

Y es que la Santa María era un semillero de toreros jóvenes y una difícil aduana para los toreros experimentados. Por su ruedo han pasado los mejor toreros de todas las épocas, dejarla caer sigue siendo una historia de terror. Pero no sólo de toreros, los forxados de Querétaro, que a base de empuje y arrojo han puesto en alto, desde la Santa María, el nombre de Querétaro, sin duda ellos son parte del paisaje del coso de Constituyentes.

Sigamos conociendo a los que perderían su fuente de ingreso si se toma esa fatídica decisión. Ellos y ellas son las que le dan vida funcional a la plaza y que su empleo está en peligro, a menos de que les den puestos de empacadores en el HEB.

En la plaza, fijos: Pancho (guarda plaza) y  Panchito su hijo, Toño (ayudante general) y Melida (contadora).

Durante un festejo taurino son los siguientes que hacen posible, con su esfuerzo que la Santa María tenga el abolengo que la caracteriza: Pancho, Puntilla, Monisabios (10), Corraleros (5), Boletero (1), Puertas (12), Baños (8), Pipa de agua, Toreros y cuadrillas (6 por torero), Paramédicos (4), Doctores y enfermeras (6), Juez y auxiliares (5), Carniceros (5), Don Abraham (moñas y banderillas), Prensa, Vendedores de cerveza y comida, Comercio ambulante, Policías, Recolección de basura, Protección civil, Restaurante, Acomodadores de carros, Banda de música, Seguridad privada.

Todas y todos se la rifan para que la Santa María pueda brindar arte, espectáculo y sobre todo que se mantenga tan linda como ella sola.

Es necesario rendirles un homenaje, no a manera de despedida, sino todo lo contrario, su esfuerzo dedicación y amor por su trabajo en ese coso es de admirarse, han pasado buenas, malas y peores y de todas se han mantenido en pie. Estoy seguro que  los que mencioné llevan tatuada a la plaza y sus bellos recuerdos de la misma.

No es cosa menor la amenaza de querer derribarla. Se perderían empleos, economía, cultura y una gran pieza de valor único de la queretaneidad. Desde esta trinchera seguiré haciendo lo conducente para evitar que se pierda la plaza de todos los queretanos.


olmo_16a@hotmail.com

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