Con la promesa de una red social que permita la libre expresión, Elon Musk, el CEO de Tesla y Spacex, compró la red social Twitter pagando 44 mil millones de dólares.

Elon argumenta que sólo a través de la privatización se pueden lograr las configuraciones necesarias para convertir a Twitter en una plataforma ideal de libre expresión.

Musk se refiere a este movimiento como: “la base de una democracia funcional” e indica que Twitter es: “la plaza digital del pueblo, donde se debaten asuntos vitales para el futuro de la humanidad”.

La plataforma se ha caracterizado principalmente por congregar pensamientos, ideas y debates políticos y sociales por parte de actores con gran influencia sobre distintos medios e instituciones, donde Musk forma parte y es conocido por sus polémicos tweets.

Pero, ¿la compra de Twitter favorecerá realmente la libre expresión en la plataforma digital?

Entre las mayores críticas al CEO de Tesla, se encuentra el uso de Twitter para promover sus propios intereses comerciales, ejerciendo influencia a través de la plataforma para sus propios valores financieros de sus empresas.

En tal sentido, Matt Levine, columnista del periódico Bloomberg menciona en una entrevista para el The New Yorker, que la compra supone y mantiene un conjunto genuino de creencias políticas y sociales por parte de Musk, sobre la administración de Twitter. Y continúa; “Creo que (Musk) obtiene mucho placer y utilidad al Twittear, busca optimizar Twitter para su propio uso”.

De igual manera, es importante destacar que el valor de sus empresas se ve reforzado por el hecho de ser una figura pública muy extraña en Twitter, donde claramente encuentra mucho valor el poseer la red social para sí mismo y verde su propia percepción de libertad de expresión.

Por lo tanto, ¿Hasta qué punto la compra de Twitter puede afectar la expresión, las finanzas y la política ante decisiones importantes?

James Clayton, analista de tecnologías y comunicación por parte de BBC News, menciona que el movimiento produjo grandes expectativas por parte de líderes de Silicon Valley. El mismo Musk refiere que esto no se trata de economía, sino de poder e influencia.

En tal sentido, Clayton indica que la privatización de la empresa, le otorga control total y poder de hacer con la empresa lo que le plazca.

Esto significa, una mediación de la práctica política a tonos más ligeros. De igual manera, Musk promete que el algoritmo de Twitter será público para que la gente pueda entenderlo. Movimientos, que de acuerdo con Clayton dejan la puerta abierta para que actores como Donald Trump regresen a la plataforma.

Por último, ¿realmente todos estos movimientos favorecen una expresión social más libre o se construirá un diálogo centrado en las ideas de una persona?

A pesar de las ideas visionarias de Musk para transformar completamente la plataforma.No obstante, Parag Agrawal, uno de los cofundadores de Twitter, menciona que el futuro de la plataforma ante su compra es incierto hasta el momento.

Sin embargo, Clayton argumenta que todos estos movimientos generan un peligro inminente, donde una “libertad de expresión sin restricciones” puede generar una colisión violenta en poco tiempo.

Ante críticas que parecen totalmente polarizadas, grupos que apoyan totalmente el movimiento por parte de Musk y personas que se encuentra repudiando el hecho, solo queda esperar que realmente los cambios en la plataforma favorezcan positivamente al diálogo social y político, ya que Twitter tiene una gran influencia en muchas decisiones que mueven a la sociedad, y esperar que no se convierta en un espacio de polémicas y malos chistes dominado y reconfigurado  hacia los beneficios financieros e influencias centradas en Musk.

Luis Francisco Pardo Perea

Licenciado en Psicología por la Universidad Veracruzana y

estudiante de la Maestría en Comunicación y Cultura Digital

Twitter @soulness77 

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