La nueva película de Batman dirigida por Matt Reaves (El planeta de los simios) y protagonizada por Robert Pattinson (Tenet, El faro) nos muestra una nueva perspectiva del icónico personaje de DC.

El director construye un Batman más al estilo de un detective de películas noir de los años 10´s y 20´s, mezclando con el género thriller psicológico al estilo de Zodiac o Seven, logrando generar una atmósfera cruda, violenta y oscura gracias al maravilloso soundtrack compuesto por  Michael Giacchino y a la asombrosa fotografía de Greig Fraser, logrando captar una  esencia de los cómics que recuerda a la serie Batman: The Long Halloween escrita por Jeph Loeb's.

Sin embargo, este no es un análisis desde la cinematografía, donde comparto mi opinión sobre los aciertos o deficiencias de la escritura del guión y la dirección (la cual por cierto, me parece grandiosa). Por otro lado, este es un análisis desde la comunicación y la cultura digital, enfocándose en un aspecto que me parece de gran relevancia social y que no podemos dejar pasar de lado.

Por cierto, antes de continuar con mi análisis, advierto que se debe ver la película primero, ya que es imposible explicar el siguiente fenómeno de estudio sin caer en posibles spoilers. Una vez advertidos, comenzaré explicando brevemente, qué es cultura digital y cuál es la relación se estable con la película de The batman.

El fenómeno de la cultura digital refiere de acuerdo con el sociólogo francés Pierre Levy (1997) a la convergencia de distintos fenómenos como el conocimiento metateórico, los sistemas materiales electrónicos, así como las interacciones y comunicaciones de distintos agentes, entidades sociales y culturales como hackers, universidades y empresas,etc. que dan como resultado un maremágnum de fenómenos digitales.

En palabras más simples, la cultura digital es la convergencia de la información digital y la comunicación que permite la conexión de distintos pensamientos, sentimientos e ideas a través de bases materiales electrónicas (smartphones, computadoras, tablets, etc), mediante espacios virtuales (Facebook, Instagram, Tik Tok, Youtube, Etc.), esto permite tanto la reestructuración como evolución de prácticas como la escritura, la alfabetización y el mismo lenguaje (hashtags, emojis, reels, posts, etc).

Por ejemplo, piensa en tu smartphone, no es solo un pedazo de entramados electrónicos que permiten enviar mensajes entre sí, sino,  que es un dispositivo tecnológico digital que permite tanto la expresión de sentimientos, pensamiento e ideas a través de interfaces virtuales, donde el  envío y transmisión de dichos mensajes se logra  en tiempo real, transgrediendo leyes físicas como  el espacio físico y  geográfico, piensa por ejemplo, en la posibilidad que te brindan las transmisiones en vivo de distintas plataformas digitales. esto puede parecer un poco trivial, pero este fenómeno es más profundo e  importante de lo que parece.

Al respecto, Bollomer (2018) afirma que que los fenómenos que surgen de las culturas digitales tienen el poder de transformar y reestructurar tanto prácticas comunicativas, como sociales, logrando transformar  la idea de  identidad, presencia,  ubicación, y crear comunidades virtuales así como generar propiedades y archivos en el ciberespacio, y otorgando un sentido completamente distinto a la idea de idea de individualidad.

Con esta idea de cultura digital es importante destacar tres aspectos importantes. El primero es la construcción de identidades mediante una representación simbólica a través de narrativas logradas por tecnologías digitales, en la película por ejemplo vemos como el villano “The Riddler” logra construir una identidad y un discurso a través de narrativas digitales con las transmisiones en vivo como herramienta digital principal, donde la interfaz recuerda mucho a la que brinda Instagram o Tick Tok para hacer en vivos.

Se piensa a este espacio generado por los  medio digitales como un ciberespacio, el cual alberga un potencial infinito, separado de la geografía física, donde las comunidades ya no se encuentran ancladas en la proximidad, sino a través de la producción y el intercambio de conocimientos abiertos y colaborativos

Por ejemplo, en The Batman observamos no sólo el planteamiento del  potencial político y social que  otorga la comunicación y la cultura digital para propagar ideas y pensamientos a través de narrativas tecnológicas, sino que plantea un aspecto aún más profundo, The Riddler en este caso, no solo logra transgredir su presencia y ubicación al incorporar narrativas digitales mediante la comunicación digital,  sino que también construye  toda  una comunidad virtual que gira en torno al desarrollo de una identidad y una  ideología con la  idea de justicia, orden y venganza que recuerda al socialismo, logrando toda una construcción cultural.

En este sentido, Levy (1997) piensa a la cultura digital como una en la evolución humana, que conduce a mayores transformaciones sociales en la forma en que se comunica, donde la autoría ya no le pertenece a un solo individuo, sino a un cuerpo colectivo, con una inteligencia colectiva compartida, osease una inteligencia colectiva (p. 28).

Levy ve en este nuevo momento como la invención de una “noosfera” osease, un espacio de comunicación pura en el que las mentes de los individuos se sintetizan en un cerebro colectivo, contrastando con la biosfera de la vida biológica y la atmósfera del aire que nos rodea por ejemplo, dentro de este marco, encontramos como el ciberespacio es una noosfera, para The Riddler. Esto le permite tanto la  articulación como el  desarrollo de  su plan  mediante la construcción de una mente colectiva, en este caso la corte de los búhos y con la ayuda del mismo Batman.

Como reflexión final, estos fenómenos no solo los observamos en películas o cómics de ciencia ficción, sino que existen miles de comunidades que desarrollan determinados discursos, gestados en los espacios virtuales y que, al mismo tiempo, brindan las plataformas sociodigitales (Instagram, facebook, Twitter,, etc).

Sin embargo, estas solo son algunas de las comunidades evidentes, ya que hay toda un campo de comunidades virtuales que se construyen  y organizan a través de pensamientos de odio, violencia e ideologías religiosas, entre ellos podemos encontrar a grupos como ISIS, o bien carteles del crimen organizado al igual que redes de tráfico de armas, drogas y cuerpos humanos, hackeo,  que se mueven en la deep web y actualmente, inteligencias colectivas trabajan constantemente en para desarrollar estrategias digitales para frenar la guerra de Rusia con Ucrania.


Luis Francisco Pardo Perea

Licenciado en Psicología por la Universidad Veracruzana y

estudiante de la Maestría en Comunicación y Cultura Digital

Twitter @soulness77

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