Una declaración que cimbró a la fiesta brava fue la de Pedro Haces, sindicalista, político, quien a la menor provocación y en su carácter de empresario taurino y de aficionado, remarcó que vivió una situación similar en Zacatecas, donde se quisieron amparar para frenar los festejos taurinos.

“Mi recomendación es que en Jalisco tengan huevos, porque no es posible que cinco changos puedan parar lo que es una tradición milenaria y que además afecta a cientos de familias que viven de esa actividad”, esto, a pregunta expresa de los medios de comunicación que acudieron a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

Después de escuchar la florida declaración, vino a mi cabeza esta pregunta, ¿Los taurinos tienen o tenemos pocos o muchos huevos? Y la respuesta aun no logro tenerla.

Entre el grupo de amigos taurinos algunos dicen que muchos, otros que pocos. Les explico, muchos huevos para ponerse frente a un animal, muchos de los empresarios que hacen surcos en la tierra al imponer ganaderías, vetar toreros, inflar precios, priorizar la cantina, cobros excesivos a vendedores ambulantes, con seguros de gastos médicos a actuantes que cubren el mínimo.

O pocos huevos para los ganaderos que permiten que manipulen las astas de sus reses, agrupaciones que actúan por unas migajas y se presentan en estado inconveniente, toreros que llegan sin estar preparados, novilleros que actúan sin cobrar y aficionados que NO levantan la voz ante tanto atropello.

Lo que es verdad es que con hashtags no se va a resolver el sigiloso camino de los antitaurinos. No son momentos de reflexión sino de acción. Tomar acciones legales, pelear de verdad, ni con muchos huevos, ni con pocos huevos, con lo que es. La fiesta brava mexicana se está yendo al carajo como agua entre las manos. Si de verdad nos interesa, pugnemos por que se abran foros, que se respete la fiesta, pongamos candados legales para que los cinco antitaurinos no logren mover la fuerza de las leyes a su favor. El llamado de emergencia es cada vez mayor.

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