La gran diferencia de vivir un fin de semana de toros y un fin de semana sin ellos, esta feria de aniversario de la Plaza México nos sigue dejando de que hablar, ya que este sábado tuvimos toros, en serio, los de Rancho Seco bien presentados, con mucho trapío y con un alto grado de casta, puntas y todo lo necesario para ser lidiados en la catedral del toreo mexicano.
Los toreros iban por una gran oportunidad, de esos carteles que no son de relumbrón pero que dibujan el toreo muy pulcro, en el que sales a por todas con el fin de ganar premios y sobre todo nuevas plazas. Sin tantas orejas, pero bien ganadas. Lo único que faltó fue la gente, a veces no entiendo, pero los que seguimos tarde a tarde una corrida nos llevamos un gran sabor de boca en todos los sentidos.
El domingo fue aun más añejo el festejo de la novillada, es de esas ocasiones que quedan para la posteridad y no por cuantas orejas se cortaron o el número de personas que estuvo en los tendidos, sino por que los novilleros, como su interior se los pide, salen a gustar y buscar abrirse camino a toda costa.
Hacía mucho tiempo que un novillero se atrevía a hacer cosas diferentes, a evocar a los locos del ruedo que algunos fueron figura y otros pasaron sin pena ni gloria. Y es que el yucateco Jussef Hernández hizo sacar los diccionarios taurinos para recordar pases de las plazas antiguas, tan antiguas como el 1901, con el Tancredo o Don Tancredo.
El origen de esta práctica es incierto, si bien hay varias fuentes que afirman que un torero español, natural de Valencia, de poca fortuna y nombre Tancredo López, comenzó este espectáculo como un medio desesperado de ganar dinero en las postrimerías del siglo XIX. El público acogió con entusiasmo la actuación, que poco a poco fue extendiéndose. Normalmente el Tancredo era interpretado por personas desesperadas en búsqueda de ganar dinero fácil y con poco que perder, ya que eran numerosas las cogidas que se producían.
Así las cosas, el Tancredo fue prohibiéndose por las autoridades, y ya a mediados del siglo XX se realizaron las últimas representaciones.
Bajo la leyenda de “El mundo es de los locos… Pero el universo de quien se atreve”, Jussef se atrevió ante muchas miradas y lentes de quienes estuvieron ahí. No solamente eso, sino que utilizó la garrocha y entró a matar sin muleta, lo que no queda duda que este chaval quiere un sitio y trabajando fuerte lo logrará.
Ya para despedirme quiero agradecer y reconocer a la compañera comunicadora taurina Lu Llanos por compartirme sus imágenes del Tancredo, sin duda, quedará para la posteridad y aquí compartimos. Además de reconocerle su gran participación en la corrida del sábado abriendo espacios para los nuevos talentos de la crónica taurina. Enhorabuena.
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