El asesinato de la tiktoker Valeria Márquez ha acaparado todas las miradas en los últimos días y no es para menos. En los días anteriores a su muerte había anunciado el temor y sospecha de ser secuestrada o incluso privada de la vida. En un momento tan crítico de la seguridad en el país, esta noticia retumba en todos los rincones del territorio nacional. ¿Qué impacto ha generado este suceso en la población y gobierno mexicanos?
Es tanto el impacto mediático del homicidio de Márquez que la noticia ha trascendido tanto en medios tradicionales, como en redes sociales. Su historia se ha vuelto viral. Es verdad que su asesinato estuvo fuera de lo común, es decir, la tiktokera fue atacada mientras transmitía un video en vivo desde la red social TikTok, no obstante, la importancia de este acto no se centra en cómo perdió la vida, sino en por qué.
Por varios momentos durante la transmisión en vivo del video e incluso días antes del suceso, Márquez apuntó que temía por su vida. Posteriores informes han sugerido que parte de este temor se debía a las represalias que podía llegar a tener de su excompañero sentimental quien, de acuerdo con algunos reportes, podría formar parte del crimen organizado. Mientras se resuelve el misterio, la sospecha de que su asesinato sea atribuible a su expareja se eleva sin contar con historias alternativas.
El dolor que significa que una persona pierda la vida a manos de otra es inimaginable, pero, lamentablemente, es un suceso común en México. Hoy muchas personas saben del asesinato de Márquez gracias a los medios de comunicación masivos, y por el claro hecho de que su muerte fue captada a través de una red social ampliamente usada en la población, pero ¿qué hay con las demás mujeres y niñas que son privadas de su vida a diario en todo el país? ¿Qué pasa con el resto de las féminas cuyo feminicidio no es registrado en redes sociales y por lo tanto no tienen exposición viral para que las demás personas lo sepan?
El asesinato de Márquez permite una vez más cuestionarse las fallas de la sociedad y particularmente del gobierno cuando se trata de feminicidios. Cada mes hay centenas de mujeres y niñas que son asesinadas en México, pero no parece que haya una respuesta clara y apropiada por la administración en turno, o incluso anteriores, para detener la situación.
Por otro lado, si la sospecha que envuelve a la expareja sentimental de Márquez se comprueba, abriría otra llaga profunda y muy conocida para la sociedad mexicana: el machismo. La venganza por una ruptura amorosa es una de las razones más frecuentes de los feminicidios y, en este contexto, muestra cómo muchos mexicanos aún piensan en torno a las mujeres, como una posesión, como un objeto, como un ser que debe someterse.
@NielsRosasV (X)