Niels Rosas Valdez

UAQ contra injusticias

Las acciones de Hamás deben ser condenadas y penalizadas

La Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) emitió un comunicado en el que suspendía los efectos de convenios de colaboración académica con instituciones y organizaciones de Israel. Sin duda, es un movimiento impactante y de peso que coloca a la Máxima Casa de Estudios de la entidad en los reflectores domésticos y exteriores, fomentando la consciencia nacional y en las relaciones internacionales.

Los acontecimientos de aquel 7 de octubre de 2023 fueron totalmente condenatorios. La incursión del grupo Hamás en territorio identificado como israelí para secuestrar a nacionales fue considerado por la comunidad internacional como un acto de agresión que debía ser resuelto rápidamente, sin escalar la situación. Sin embargo, la historia fue muy diferente. Israel decidió ejercer el derecho de legítima defensa, causando un caos mucho mayor al efectuado por su enemigo.

La legítima defensa es un derecho que los países libres y soberanos pueden ejercer en tanto su soberanía sea vulnerada. No obstante, la defensa ejecutada por Israel violó el principio de proporcionalidad al efectuar un ataque de respuesta hacia la Franja de Gaza, centro de operaciones del grupo Hamás, que excedió por mucho el recibido. Pero ahí no terminaron sus acciones. Su respuesta también fue empleada de forma paralela como campaña de genocidio hacia el pueblo palestino, en donde particularmente mujeres e infantes fueron los objetivos del ejército israelí.

Es claro que el mundo revisó y comprendió lo que estaba ocurriendo. No por nada las autoridades israelíes impidieron el acceso a periodistas y observadores internacionales, e incluso se presentaron ataques hacia ellos. No por nada se obstaculizó la entrada de camiones, medicamentos y víveres a los campamentos humanitarios, incidiendo directamente en la inanición y en empeorar las condiciones de salud de los palestinos. No por nada Israel detuvo todo intento de ayuda exterior.

La violencia nunca debe ser validada, por lo que no cabe duda de que las acciones de Hamás deben ser condenadas y penalizadas como se debe. Pero de manera paralela, la forma en que ha conducido Israel su respuesta de legítima defensa por mucho rebasa los límites permitidos y conduce a un genocidio, por lo que no se queda en “legítima defensa”, sino que se evidencia como una campaña de limpieza étnica hacia los palestinos, por lo que el mundo y sus múltiples actores, como gobiernos, instituciones, universidades, empresas, etc., deben reaccionar ante esta situación y no quedarse paralizados como sucedió con Ruanda en 1994 o Srebrenica en 1995.

Pensemos por un momento en la guerra ruso-ucraniana. Es evidente que Rusia agredió a una nación soberana como lo es Ucrania, y un resultado ha sido la condena mundial hacia Moscú, que limitó desde el inicio de su invasión toda posibilidad de diálogo. ¿Qué diferente ha sido Israel en su campaña militar contra Hamás y los palestinos?

El mundo no está en contra de los rusos o de los israelíes por estos lamentables eventos, sino de sus líderes y gobiernos que continúan financiando atrocidades en nombre de la “soberanía incomprendida”. No, México se reúsa a ser cómplice. No se debe premiar a los perpetradores, debe haber justicia, pero tampoco se debe normalizar la violencia y quedarse en silencio, y eso es justo lo que hizo la UAQ: alzar la voz ante un escenario de injusticia y genocidio.

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