A cinco meses del inicio de su administración, la presidenta Claudia Sheinbaum continúa gozando de buena popularidad. Si bien el tiempo transcurrido desde que tomó posesión es menos de medio año, sin duda, revisar las razones por las que su aprobación es alta resulta indispensable para comprender su fortaleza hoy en día en la política mexicana. ¿Por qué la actual mandataria de México ha alcanzado niveles tan altos de confianza concedidos por la población del país?
Semana tras semana se encaminan encuestas en la población para conocer el grado de aprobación y confianza que le tienen a la presidenta de México. Es claro que, a escasos meses del inicio de su gobierno, no se espera que su popularidad diste en demasía con respecto al día uno de su administración presidencial, sobre todo también porque tampoco ha ocurrido algún evento lo suficientemente grave e impactante como para modificar la apreciación de los ciudadanos.
Nada en estos cinco meses le ha provocado una caída en su popularidad. Al contrario, su aprobación ha aumentado a niveles ciertamente imponentes. Muchos creían que no podría llegar a los peldaños de su antecesor, pero hoy es evidente que su manejo de la administración federal ha atraído la mirada y la apreciación de muchos en el país. Pero, ¿qué otros factores han incidido en la notoriedad de la mandataria?
En una primera instancia, algo que ha mejorado mucho la apreciación de este gobierno es la forma en la que la presidenta, a comparación con su antecesor, se dirige a la audiencia, a los políticos y a la prensa. Es una forma más institucional y diplomática que el anterior presidente, por estrategia o forma de ser, no lograba mostrar. Se podría decir que con pequeños cambios se pueden hacer grandes diferencias, pero lo cierto es que la cordialidad y la institucionalidad es algo que los representantes, funcionarios y políticos deben ejercer todos los días.
Otro factor es la narrativa que emplea. Sheinbaum mantiene el discurso que todos ya hemos escuchado acerca de la 4T y el neoliberalismo. Sin embargo, sus comentarios son menos provocativos, divisorios e incendiarios que los de Andrés Manuel López Obrador. Podría obedecer a que en la actualidad hay un apoyo mucho mayor hacia Morena que hacia los otros partidos, por lo que la ventaja es evidente y no se necesite más, por consiguiente, un hilo discursivo que divida a la población. Puede ser el caso.
Ahora, en tiempos más recientes incluso, algo que ha cautivado a muchos mexicanos es la forma en la que Sheinbaum ha negociado con su similar estadounidense los aranceles que la actual administración en Washington ha establecido a nuestro país. El vaivén de las amenazas ha sido constante desde hace tres meses, pero la mandataria mexicana ha sido cautelosa y propositiva para llegar a acuerdos con el inquilino de la Casa Blanca. En general, ha sido asertiva la respuesta de México y su gestión de la crisis bilateral impuesta por el presidente republicano.
Son algunas de las situaciones que las personas no pasan por alto y que ayudan a construir un imaginario colectivo hacia Sheinbaum, explicando el ascenso en su popularidad que goza desde lo más alto en Palacio Nacional. Es todavía temprano hablar de qué podría hacer la oposición ante este escenario, pero si la presidenta no comete errores, difícilmente su aprobación estaría retada a la larga por otros partidos.
Historiador e internacionalista
@NielsRosasV (X)