Últimamente se han presentado interesantes incorporaciones a Movimiento Ciudadano (MC) de algunas figuras políticas de otros partidos. Si bien es una práctica usual en la política mexicana, las adiciones al partido naranja evidencian varios síntomas de la actualidad política en el país.

MC se ha configurado como la tercera fuerza política de México, sólo por detrás del PAN y Morena. Ha podido superar a grupos políticos longevos, como el PRD y el PRI, que gozaron de mayor presencia y protagonismo en las décadas pasadas. Pero hoy en día, el partido del sol y el tricolor han perdido apoyo, presencia y posición en el panorama político y electoral nacional.

Uno de los efectos de esta situación es que otros partidos, como Morena, PAN y MC acaparen más apoyo en las elecciones en los últimos años. Esto último deviene en otro efecto, y ese es que estos partidos comiencen a ser espacios atractivos para los políticos en general y que continúen su trayectoria y exposición. Es por ello por lo que hemos visto en los últimos años a una cantidad significativa de integraciones tanto al partido oficialista, como al blanquiazul. Ahora, en las últimas semanas, lo hemos apreciado en el partido naranja.

El crecimiento de MC en los años recientes ha permitido que puedan “tentar” a otros políticos para que se le unan, sobre todo a quienes en su grupo político no les han dado la oportunidad que consideran merecer, o a quienes se han sentido desplazados, o a quienes cuyos partidos se encuentren en decadencia por carecer de confianza del electorado. De esta manera, hay una cartera amplia de figuras políticas que han tocado la puerta del partido naranja para integrarse y comenzar un nuevo camino con la esperanza de que pueda retribuirles en un plazo corto, a diferencia de sus antiguos colores.

En las semanas recientes, algunas de las incorporaciones han sido Claudia Ruiz Massieu, del PRI; Paulina Aguado, del PAN. En los últimos días podemos nombrar a Gibrán Ramírez, asiduo defensor de Morena y del mismísimo Presidente, hasta hace poco; Alejandra Barrales, excandidata a la Jefatura de Gobierno en 2018 por el PRD, y Sandra Cuevas, actual alcaldesa de la delegación Cuauhtémoc y quien estuvo antes en otros partidos antes de llegar al quinto.

Resulta interesante observar este incremento en el número de políticos en MC. Al mismo tiempo que el partido crece en integrantes y su respectiva estructura que los acompaña, los políticos que se integran son respaldados por un partido que se concibe sin las controversias ni máculas que en cambio a otros se les conoce por sus administraciones deficientes o polémicas. En concreto, es un ganar-ganar para ambas partes.

A lo anterior hay que sumar el hecho de que MC fue muy cauteloso en no sostener alianzas en los comicios de los últimos años con los partidos tradicionales de la política mexicana, justamente para que su reputación no se asociara con la imagen de los gobiernos pasados. Por ende, el partido naranja es visto como una alternativa al gobierno en turno y a los pasados que tanto han sido criticados, situación que lo vuelve más atractivo tanto para el electorado, como para los políticos. Si ahora vemos muchas integraciones, es muy probable que la tendencia continúe al paso del tiempo.

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