“Genaro García Luna es culpable”, así lo consideró una corte de Nueva York tras escuchar los testimonios que aseguraban que el exsecretario conspiró y colaboró con grupos narcotraficantes. Así, el imputado se ha convertido en el exfuncionario mexicano de más alto rango en ser juzgado en Estados Unidos (EU). ¿Cómo ha impactado en México?

Si bien durante mucho tiempo se pensó que García Luna se distinguía positivamente por su trabajo al frente de la Secretaría de Seguridad Pública, los recientes testimonios en la Corte de Nueva York le han dado un giro de 180°. Ahora, con el veredicto del juicio, el “héroe policía” ahora ha caído en descrédito e incluso “pasará como un traidor en la historia de México”, o al menos así lo ha declarado Washington.

A pesar de que aún no se ha dictado sentencia, misma que podría establecerse a finales de julio de acuerdo con los reportes, el veredicto que hunde como culpable a García Luna ha sido celebrado en México por múltiples cuestiones. Por ejemplo, si efectivamente es culpable el exsecretario mexicano, su sentencia sería un triunfo para la rendición de cuentas y la justicia ante el mal social de la corrupción, sobre todo de altos funcionarios del país, algo que nos ha afectado incluso en la actualidad.

No obstante, otra se relaciona con el gobierno en turno y se deriva en tres cuestiones. El festejo por parte de López Obrador es una. El mandatario ha celebrado el veredicto de la corte de Nueva York como si lo hubiese hecho la justicia mexicana en la actual administración. Si es culpable, sin duda es un triunfo, pero habría sido mucho más valioso que las instituciones de México lo hubieran hecho. En realidad, no podemos decir que se contribuyó a este resultado, al menos no con lo que conocemos.

La segunda rama es la lucha contra la corrupción, una de las banderas del gobierno mexicano en turno. En múltiples ocasiones, López Obrador ha señalado la eliminación de la corrupción en el país como una de sus principales políticas. La ha colocado como un punto recurrente en sus intervenciones con el público, por lo que tiene bien cuidado cómo la aborda en su narrativa.

Sin embargo, en este sentido, es importante sacar a luz que no sólo las investigaciones, reportes y los datos demuestran que la corrupción no se ha aminorado en la actual administración federal, como el mandatario repetidamente apunta, sino que el hecho de que García Luna haya sido encontrado culpable no es un avance en el combate a la corrupción en México. Como se mencionó arriba, quien está haciendo justicia lamentablemente no son las instituciones mexicanas, por lo que ponerse la medalla sería incoherente para el Presidente.

Pero la narrativa de López Obrador es tan poderosa que sin importar el hecho anterior, la culpabilidad de García Luna se vende como un triunfo del gobierno federal actual y se utiliza bajo los intereses del partido oficialista, que es el tercer punto. Ahora el mandatario ha utilizado el veredicto de la corte neoyorquina para desacreditar no sólo al PAN, sino a toda la oposición, lo que sería un error al generalizar, pero uno que sabemos que cometería y que al final de cuentas le funcionaría a Morena para su plan político de cara a 2024.

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