Amenos de un año de las siguientes elecciones presidenciales, el escenario de la política mexicana se vuelve cada vez más interesante. Hay movimientos por doquier y las figuras van adquiriendo más protagonismo en el territorio nacional.

En el partido oficialista, las cosas marchan como lo planeado, pero ¿qué ha pasado con la oposición política del país?

Las elecciones presidenciales del siguiente año serán las más grandes de la historia de México y, muy probablemente, también las más polarizadas. Si bien en 2018 se presentaron cinco candidatos a la carrera presidencial, incluyendo dos independientes, es muy probable que para los comicios de 2024 sólo encontremos dos candidaturas: una de Morena y otra representando a gran parte de la oposición política.

Es cierto que el siguiente año el mapa electoral también encontrará elecciones del poder ejecutivo en nueve entidades: Chiapas, Ciudad de México, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán. No cabe duda de que son comicios importantes no sólo por la naturaleza de los puestos que se eligen, sino porque también permiten construir el panorama electoral de las elecciones presidenciales y el apoyo popular hacia los partidos para futuras competencias.

Pero, por ahora, la atención está concentrada en los potenciales candidatos para la presidencia en 2024. En el partido oficialista, los cuatro precandidatos comenzaron su campaña “interna” hace unas semanas, visitando individualmente varios estados del país. Su proselitismo en este esquema terminaría a finales de agosto, puesto que la elección dentro de Morena para la candidatura del partido a la presidencia culminaría en los primeros días de septiembre. ¿Le harán caso?

De esta manera, la intención del partido en el poder era aventajar a sus contrincantes políticos. No obstante, la oposición también ha establecido el proceso de participación y elección de candidatura para la presidencia. Si bien, varias figuras políticas de peso han rechazado las características del proceso, otras más lo han aceptado, comprendiendo que sería la única forma para poder competir contra Morena en 2024.

En eso, la oposición política, nutrida de varios partidos, ha tenido que ceder en el formato de selección. Sin embargo, no todos han estado de acuerdo. Recién hemos presenciado una escisión en el PRI, con cuatro figuras del priísmo comunicando su salida y la formación de su nuevo movimiento: Congruencia por México, que no hay que perderlo de vista, porque seguramente con el tiempo se formará como partido político. Pero por lo pronto, esta separación merma a la oposición política, puesto que no se sabe con certeza si este grupo la continuaría apoyando de cerca para los comicios del próximo año.

Pero la realidad hoy en día es el interés de dos figuras políticas para abanderar la causa de la oposición. Se han escuchado muchos nombres,  pero quienes han obtenido mayor exposición y peso han sido Santiago Creel y Xóchitl Gálvez. Ambas personas tienen apoyo y una aspiración clara por la presidencia. Es bueno para la oposición tener opciones, pero mientras no se identifique el mejor perfil para competir contra el partido oficialista, da igual que tenga dos o diez candidatos. Esa es hoy en día la tarea de los rivales de Morena.

Historiador e internacionalista
@NielsRosasV (Twitter)

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