En el marco de la octagésima Asamblea General de la Organización de la Naciones Unidas (ONU), México ha sido un agente activo. La colaboración mexicana en estos escenarios es muy valiosa. No obstante, vale la pena distinguir el impacto que su desempeño tiene en estos espacios de participación multilateral. Para ello, enseguida elaboro en cuatro asuntos en los que la delegación mexicana participó.
La octagésima Asamblea General ha tenido múltiples eventos de sumo interés e importancia para la paz, estabilidad y la justicia en el mundo, aunque otros han estado cargados de drama, resultando en ser hilarantes. En un escenario así se desarrolla la participación de México. Además de anunciar de nueva cuenta la posición mexicana ante la guerra de Israel y Hamás, en la que miles de palestinos han sido asesinados y afectados, el canciller Juan Ramón de la Fuente instó a los países a promover el respeto y la dignidad ante cualquier evento de tensiones en el globo.
La influencia y presión del Estado mexicano en este asunto para que países doten su reconocimiento al Estado de Palestina finalmente trajo dividendos. Varios lo hicieron en esta sesión, como fue el caso de Reino Unido, Francia, Australia, Bélgica, entre otros. Lamentablemente, unos quedaron en silencio.
Un segundo punto también enmarca al canciller De la Fuente, quien señaló la necesidad del fortalecimiento de la democracia en el globo. Esto resulta de suma importancia considerando al aumento en el número de países cuyos gobiernos se han tornado autoritarios o incluso totalitarios en su praxis. La lucha entre democracias y autocracias parecía lejana, pero hoy en día es uno de los temas centrales y más preocupantes de la comunidad internacional, sobre todo por los asuntos referentes a los Derechos Humanos, la igualdad, la protección de personas y grupos vulnerables y la cooperación multilateral internacional, entre otros de sumo interés.
En este contexto, apuntó la importancia de la defensa sin restricciones de las personas migrantes. Sin duda es una postura valerosa y necesaria para un mundo actual lleno de tránsito entre las sociedades. No obstante, vale mucho la pena revisar qué es lo que hace México para justamente proteger a las personas migrantes.
Existen las instituciones, algunos lineamientos y mucho interés de individuos por proteger a quienes migran, pero en muchos casos, éstas no cuentan con los elementos económicos y humanos suficientes para operar, a pesar de que pueda existir compromiso de las partes involucradas. Lo cierto es que si comparamos la narrativa del gobierno con lo que se tiene y se hace en este asunto delicado, no parece que sea una prioridad tampoco para la actual administración federal con respecto a la anterior.
Un cuarto y final punto fue la participación mexicana en MIKTA, un foro internacional que agrupa a nuestro país con Indonesia, Corea del Sur, Turquía y Australia para fomentar la cooperación internacional entre los cinco. Este tipo de colaboraciones es muy valiosa, porque no sólo permite la exposición de México en el globo, sino que logra amalgamar interacciones de diversa índole con estos estados de características, necesidades e intereses similares.