Hace unos días ocurrió un hecho que conmocionó a la población queretana: una estudiante fue asesinada por un joven en el Centro Histórico de la capital del estado. Es una noticia lamentable y que nos genera un profundo dolor por muchas razones. ¿Qué está pasando en nuestra sociedad?

Tras conocer los hechos, las autoridades correspondientes iniciaron una investigación que ahora está siendo llevada como un caso de feminicidio, otro más que ha golpeado a la sociedad en Querétaro y en el país. Resulta preocupante que este tipo de sucesos continúen ocurriendo sin que exista un declive en el número de ellos ni un avance sustancial en la reducción del comportamiento machista que algunas personas pueden ejercer.

La menor de edad anteriormente referida no es una cifra más de la estadística de mujeres que son asesinadas. Ella tiene nombre. Se llamaba Valentina y era estudiante. Según los reportes, su expareja le quitó la vida, abriendo aún más una herida en todo México: los feminicidios, que por mucho tiempo han ignorados en la política, en los medios de comunicación y en la misma sociedad por razones diversas.

El perpetrador del feminicidio era estudiante de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), situación que generó más impotencia dentro de la comunidad universitaria. Si bien las autoridades de la máxima casa de estudios del estado han declarado estar en la mejor disposición para cooperar con la investigación en curso, hay muchas maneras en las que se puede aportar para que este tipo de tragedias se reduzcan considerablemente.

El feminicidio de Valentina duele mucho y tristemente es el reflejo de la sociedad mexicana. Resulta grave y muy preocupante que las nuevas generaciones continúen con pensamientos y prácticas machistas que históricamente han hecho tanto mal a la población. Es cada vez más importante que los programas educativos de todos los niveles puedan adoptar la perspectiva de género, pero también que se extiendan a espacios laborales y en los gobiernos. Debe haber cero tolerancia tanto a muestras de discriminación, como a prácticas y comentarios machistas, es decir, ante un problema mayúsculo, acciones de su mismo paragón deben ser efectuadas para atenderlo.

En este contexto es imprescindible mencionar que el acontecimiento demanda ser atendido como corresponde, y en ello la UAQ tiene un papel fundamental como espacio de enseñanza y formación de nuevas generaciones. Desde hace años, se ha educado con perspectiva de género, sin embargo, tiene que existir un esfuerzo colectivo entre el profesorado y el estudiantado para lograr frutos que tengan un impacto positivo en la comunidad universitaria, pero también en la misma sociedad queretana.

La lamentable situación nos invita nuevamente a reflexionar en torno a nuestro papel en la sociedad para que este tipo de actos no sucedan más. Desde detectar y desaprobar los comentarios misóginos disfrazados de bromas, hasta denunciar los machismos, todos podemos aportar nuestro grano de arena. Debemos recordar que tenemos una responsabilidad como individuos que pertenecen a una sociedad, así de fácil. En una sociedad, todos necesitan de sí y, en este caso, de la colaboración colectiva para solucionar problemas que dañan a la misma población.


Escritor, historiador e internacionalista

niels.rosas@gmail.com
@NielsRosasV

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