Para los que hemos tenido la fortuna de haber pasado horas revelando fotografías en color, blanco y negro, cianotipia o diapositivas hace algunos años e incluso en la actualidad es un gusto recordar esos momentos a través del olor a haluros de plata, es algo que ya sólo se puede apreciar en el “cuarto oscuro” de las escuelas de fotografía, ese olor tan característico me hace recordar los primeros experimentos que realizamos en la escuela con una caja de zapatos, con el fin de que saliera la primera fotografía en blanco y negro, y tras ello, conocer la historia de los daguerrotipos y lo mágico que es la fotografía, sumado a recordar esas manchas en tonos cafés que deja en la ropa el “dektol” y el fijador, sin duda esos fueron buenos tiempos.
La siguiente semana se celebra el día de la fotografía y con ello el recuerdo de la importancia que ha tenido la fotografía en México, sobre todo a inicios del siglo XX, al crearse el estudio de los Casasola a cargo de Miguel y Agustín Casasola, quienes fueron pioneros del fotorreportaje para documentar la historia de México, a partir de los hechos acontecidos en la Revolución Mexicana, pasando por la década de lo años 30 y dejando un legado en el que sus hijos continuarían en esta labor tan celosa hasta los años 70, dejándonos ver aspectos de la época, sobre cómo era la vida en esos tiempos a través de algunos retratos, las industrias, la política, los deportes, las artes, etcétera. Este archivo se encuentra en el estado de Pachuca, Hidalgo, en un antiguo convento franciscano, hoy actualmente convertido en un centro cultural.
Guillermo Kahlo (papá de Frida), quien retrató algunos lugares emblemáticos como lo es el inicio del Palacio de Bellas Artes, en la CDMX, después le seguiría Manuel Álvarez Bravo, fotógrafo mexicano, quien con sus emblemáticos retratos algunos surrealistas —dicho esto por André Bretón— retrata el prototipo de la belleza mexicana, creando con sus fotografías reflexiones de la vida de la época. De mujeres recordemos a Tina Modotti y Mariana Yampolsky, naturalizada mexicana —discípula de Lola Álvarez Bravo—, primera mujer en formar parte del comité Ejecutivo del Taller Gráfica Popular, reconocida como patrimonio documental de México por la UNESCO, quien retratara con su cámara Rolleiflex y Hasselblad, la vida cotidiana de la época, con sus retratos, donde se ven festividades religiosas y patronales de los pueblos mexicanos.
En Querétaro también tenemos a importantes artistas de la lente como lo es Arturo Pérez, quien hace unas semanas recibió un merecido homenaje por toda su trayectoria al ser formador de varias generaciones por esta importante labor como docente en la facultad de artes, en la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), dejando un legado importante por más de 44 años, mostrando en todo momento su gusto al capturar momentos que traspasan fronteras, culturas e ideologías y que lo ha llevado a lado de su esposa a acercarnos a lugares que podemos ver en revistas de México Desconocido en conjunto con Ramiro Valencia.
Otro destacado fotógrafo que comparte este amor por la fotografía es Demian Chávez, quien es un gran amigo y excelente fotógrafo desde hace 25 años, trabaja para este medio, EL UNIVERSAL, ha expuesto en España, República Dominicana y Francia, ha dado congresos en Chile, Cuba, Madrid (on-line), y el 21 de septiembre nos presentará a las 19:00 horas, en Galería Libertad una retrospectiva de su trabajo titulado Ensayo para la memoria. A Demian le gusta crear a través sus fotografías conciencia social sobre los temas de actualidad, un claro ejemplo es el tema de: Los migrantes