En esta ocasión le tocó al artista español, José Garnelo y Alda, que dañan una de sus obras, dos activistas de nombre Luna Lagos y Victoria Domingo de “Futuro Vegetal” en el museo Naval en Madrid, España, con el pretexto de estar en contra del día de la Hispanidad” y con ello con la representación que se hace a Cristóbal Colón por la manera en que los indígenas lo veían, vertiendo pintura biodegradable roja en el cuadro titulado Primer homenaje a Cristóbal Colón, hecho al óleo, el cual mide 600 x 300 cm.

Lamentablemente, esta no es la primera ocasión en que estas dos mujeres han sido acusadas por “Delito contra el Patrimonio”, por realizar este tipo de vandalismo. En Barcelona, hace unos meses, en la iglesia de la Sagrada Familia lanzaron tinta, fueron detenidas y salieron sin problema alguno, pagando una multa de 600 euros, habían sido dos de las tres ambientalistas responsables de ello. Si bien se han realizado cosas parecidas en los últimos años como pegarse a un cuadro, aventar sopa, en el trabajo de otros artistas, ahora le tocó a este cuadro con pintura en rojo carmín; ¿será eso activismo conservacionista o es que estamos en los tiempos en que tenemos que empezar a ver con normalidad la poca tolerancia del ser humano? y ahora le toca a la obra de Garnelo y Alda pagar por ello.

Para lo único que creo que ha servido todo esto es para voltear a ver más las obras y conocer del artista afectado, empezando en el año de 1911, con la obra de la Mona Lisa de Leonardo, que mucho se ha dicho que si esa extracción, no hubiera sucedido, no sería tan famosa. Eso al final del día, no lo sabremos, porque Da Vinci era un adelantado para su época y su técnica majestuosa. Lo cierto es que ir al Louvre y no ver la técnica de Leonardo es ir en vano, además de perderte tu check list, de 77 x 53 cm.

Volviendo al tema de Garnelo y Alda, creo que es importante comentar que él fue maestro de Picasso, cuando él tenía 14 años, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, (entre 1897 y 1898) lo cual, para mí rompe el mito de que Picasso no necesitaba profesores, y que fue autodidacta, pues algunos de los cuadros que hace a esa edad con Garnelo y Alda, está hecho a su semejanza como el de La Primera Comunión, Monaguillo y Ciencia y Caridad, nos hace entender por otra parte la técnica de ese entonces de Picasso, la cual no es considerada madura o vanguardista, pero sí lo suficientemente buena para que su padre lo dejara alquilar un taller en el Barrio de la Ribera, en Barcelona.

Y la importancia de que eligiera a Garnelo y Alda es que fue condecorado en repetidas ocasiones por su indiscutible trabajo que realizó en España, logrando medallas por su trayectoria, adicional a que viajó mucho por toda Europa y América para perfeccionar su técnica, dejándolo como subdirector del Museo del Prado y Pintor de la Corona, así como algunos nombramientos que tuvo por la Orden de Leopoldo II de Bélgica, Caballero de la Real Orden de Carlos III y de la Legión de Honor francesa.

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