A veces más que romperse una pierna, hace falta salir del esquema de lo convencional dentro del arte, para darse cuenta que es necesario generar algunos cambios, los cuales aplicados en todas las disciplinas del arte generan un cambio positivo, un ejemplo del que me gustaría comentar ahora, es el caso de la danza, ya que al ser una disciplina muy estricta desde sus inicios en el año de 1661, cuando en el comienzo de este desarrollo escénico, el ballet fue condenado por muchos, cuando al momento de que vieron que los bailarines salían vestidos a escena luciendo el “maillot”, es que hoy en día se tiene la idea de que todo aquel que se dedique a ello debe cumplir con ello, adicional a contar con altura, cierta complexión, en el que solamente las mujeres pueden hacer “puntitas” o el que solamente las mujeres deben ser cargadas por los hombres y no al revés esto independientemente de que los hombres puedan o no pesar más.
Compañías como la de Bolshoi, el de la Ópera de París, Royal Ballet, American Ballet, entre muchos otros en el mundo, hacen presentaciones increíbles, mediante el esfuerzo de años que con mucha tenacidad, esfuerzo y disciplina se logra, sin embargo, ¿qué pasa con todos esos bailarines que pasan su vida deshaciéndose sus pies, su tiempo, su hambre, su talento y que sufren a escondidas porque no lograron llegar al estereotipo anhelado en todos esos años de práctica?
Por fortuna, hoy en día tenemos un grupo de danza alternativa, que no solo se basa en ese estándar del que hemos estado acostumbrados a ver siempre, en el que adoramos ver las zapatillas de ballet, pero que no vemos el trabajo que hay detrás, de ese esfuerzo implementado en cada una de las prácticas de los bailarines u actores y que en algunos casos no pudieron o podrán ser nunca esa “primera bailarina o primer actor” (en el caso del teatro).
Hoy en día Eduardo Aguilera Lepe, creador de la “Compañía de Ballet Alternativo”, de la facultad de artes de la Universidad Autónoma de Querétaro, UAQ, logra conjuntar en un mismo lugar un nuevo proyecto que une el ballet, la danza y el teatro, para darnos cuenta de que se pueden unir este tipo de expresiones artísticas, que vienen acompañadas de un lenguaje propio de la perfección en cuanto a lo visual por el movimiento aplicado en cada uno de sus pasos, es decir, todo este derroche de talento puro que se puede converger en un mismo lugar y no por ello perder el objetivo que se busca cumplir.
Por suerte, esta semana fui testigo de ese trabajo que les comento en la Fundación Cultural Aldhebarán, donde se realizó el primer concierto de danza, al principio creíamos sería algo complicado el poder danzar -por no decir imposible- debido a que no es un espacio muy amplio, sin embargo, la sorpresa que nos llevamos fue muy grata y es que los chicos de la Compañía de Ballet Alternativa, hicieron una increíble presentación, contó con una buena narrativa y expresión de libertad en sus movimiento, como de armonía en sus pasos, que nos a más de uno nos sorprendió con esa fusión de disciplinas en un mismo espacio.
Ballet, teatro y danza hacen que sea posible tener, humor, lo estético del ballet y esa expresión tan peculiar que tiene la danza con esta fusión de ritmos, hacen posible que desde hace tres años esta compañía tenga inclusión en tres áreas distintas, dejando a un lado esa idea del siglo XVI, cuando en el ballet se estrenó la Sílfide y se inventaron las puntas, y en la actualidad se sigue con la misma disciplina en un mismo lugar, donde hombres y mujeres son libres, tienen una hegemonía en conjunto que vale no perderse la oportunidad de apreciar a estos talentos, presentaciones como la presentación de “Cri-Cri”, la se “Vuelve México” o la del “El Cascanueces” que viene en el mes de diciembre, merece la pena conocer y ver todo este trabajo que esta nueva compañía tiene, porque te hará recordar y sentir muchas emociones en un mismo momento.