En un mundo cada vez más conectado, pareciera imposible no dejar huella, pero créeme, se puede. Viajar es sinónimo de desconexión… al menos emocional. Pero en lo digital, muchos viajeros bajan la guardia justo cuando más deberían protegerse. Algo tan cotidiano como conectarse a una red Wi-Fi abierta en un aeropuerto, hotel o café, puede tener consecuencias graves: desde el robo de tus cuentas de streaming hasta el acceso a tu tarjeta de crédito. Según NordVPN (2023), el 25% de los viajeros ha olvidado cerrar sesión en dispositivos ajenos. Además, muchos no son conscientes del peligro de usar redes públicas sin protección: los cibercriminales pueden interceptar tu conexión mediante ataques tipo Man-in-the-Middle, donde simulan una red legítima o se cuelan en la comunicación para capturar datos sensibles como contraseñas, correos y, por supuesto, información bancaria. Esto ocurre porque la mayoría de las redes Wi-Fi abiertas no cifran correctamente los datos, lo que permite que un atacante vea todo lo que escribes o envías: desde números de tarjeta hasta contraseñas de tu cuenta de Amazon.
Viajar también representa un momento de vulnerabilidad digital que muchos pasan por alto. En la emoción del viaje es común que los viajeros conecten sus dispositivos a redes públicas, compartan información personal sin precaución, o incluso como lo comenté anteriormente dejen activadas sus cuentas de plataformas de streaming como Netflix, Prime Video o Disney+ en televisores inteligentes de hoteles o Airbnbs. Esto último, aunque parezca inofensivo, representa un riesgo mayor del que imaginamos, ya que puede dar acceso a desconocidos no solo al contenido de streaming, sino también a información confidencial vinculada a esas cuentas, como direcciones de correo, contraseñas e incluso detalles de pago. El problema se agrava en alojamientos temporales, donde los televisores y dispositivos conectados muchas veces no se reinician entre huéspedes. Dejar tu cuenta de Netflix abierta podría permitir que otras personas accedan a tus perfiles, hábitos de visualización y datos personales. Y si usas la misma contraseña en otros servicios, como redes sociales o banca móvil, podrías estar facilitando el acceso a todo tu ecosistema digital.
Pero, ¿cómo protegerte? Evita hacer compras online o acceder a tu banco desde Wi-Fi público. Usa una VPN segura, que cifra tu conexión incluso en redes no confiables. Activa la verificación en dos pasos (2FA) en tus cuentas. Nunca guardes contraseñas ni datos de pago en navegadores de dispositivos ajenos y en alojamientos temporales, evita iniciar sesión en Smart TVs y si lo haces, cierra sesión antes de irte, y si se te olvidó, pero de repente lo recuerdas, puedes cerrar todas tus sesiones abiertas desde la configuración de tu cuenta. También debes tener especial cuidado con tu celular, ya que,¿ si te toca la mala suerte de perderlo o que te lo roben, puede haber consecuencias graves si no actúas rápido, el celular suele contener: Acceso a tus cuentas bancarias, contraseñas, identidad digital (INE, apps de uso personal, pasaporte y/ o visa), fotografías, contactos, datos laborales o médicos.
Queridos lectores, proteger sus datos al viajar no es paranoia: es sentido común en la era digital. Recuerden, el mayor souvenir que podrías llevarte de un viaje mal protegido es una identidad robada.
*Periodista y conductora
Premio Internacional de Periodismo Turístico 2022
Otorgado por la OMPT
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