Bien podríamos pensar que un viajero no debería tener problemas cuando viaja, pues a lo que va es a disfrutar, a divertirse, a probar nuevas comidas, conocer distintas culturas, aprender otros idiomas, o simplemente a sentir otros aires. Pero aunque muchos no lo crean, existen infinidad de situaciones con las que sufren algunos viajeros, y es que no todos corremos con la misma suerte a la hora de viajar, pues aún cuando sepamos nuestros derechos, hay quienes se aprovechan, sobre todo cuando tomamos la decisión de subirnos a un avión, pues las compañías ya cuentan con sus artimañas y, como dicen en mi tierra, buscan “taparle el ojo al macho”, y nuestros derechos son como bolas de papel que se van a la basura, y así a más de uno, las vacaciones de ensueño se les han convertido en un total infierno.

Hace apenas unos días los pasajeros de un vuelo de Volaris con ruta Culiacán-Tijuana sufrieron al estar encerrados en la aeronave sin aire acondicionado por aproximadamente 45 minutos. Elementos de la Guardia Nacional y Cruz Roja tuvieron que intervenir, pues algunos presentaban molestias, presión arterial alta y signos de deshidratación. Pero a decir de los usuarios, no es la primera vez que sucede, pues en uno de los tantos vuelos que realiza la compañía de Cancún a Querétaro, los pasajeros esperaron a que llegase la tripulación por poco más de dos horas dentro de la aeronave, pero a diferencia del vuelo de Culiacán, en este sí había aire acondicionado, les ofrecieron algo de comer y una compensación económica por el inconveniente. Desde luego existen muchos más detalles que en ocasiones no se dan a conocer, y no sólo con esta empresa sino con todas las existentes. En este sentido Profeco advirtió en un comunicado que diariamente recibe quejas principalmente para Aeroméxico (actualmente con 2 mil 200 en lo que va del año) y Viva Aerobús (con 997). Volaris es la que menos suma (415). Las principales demandas de los usuarios son: cancelaciones de vuelo, negativa de devolución del precio pagado, negativa a devolución, daño o extravío de equipaje, costos excesivos en la elección de asientos y cambio de itinerario. Pero existen muchos más que podríamos reclamar, sobre todo el derecho a consumir agua potable durante el trayecto (norma o política del gobierno que se remonta al año 2011), cosa que en definitiva no sucede. Para empezar si pides un vaso de agua te lo niegan, obvio lo que quieren es que compres una botella de 350 ml en 50 pesos, y en segunda, si consigues obtenerlo, te darán agua del grifo, y con ello puedes hacerte acreedor a una buena infección estomacal, pues según los “puntajes de salud del agua” la mayoría de las aerolíneas obtiene 0 de calificación, y dan positivo a la bacteria e-coli.

La recomendación para que no les pase es informarse acerca de todo aquello a lo que tenemos derecho desde que se hace una reserva, sobre tarifas y precios, políticas de cancelación, pérdida de equipaje, retrasos, aterrizaje en un lugar distinto, compensaciones e incluso algo tan sencillo como la impresión de tu pase de abordar, pues si no lo llevas digital, te cobran entre 250 a 350 pesos por hacerlo. Queridos lectores es importante empaparse del tema para poder reclamar. Recuerden no tomar agua de dudosa procedencia durante el vuelo, viajen, y ¡no se dejen!

*Periodista y conductora

Premio Internacional de Periodismo Turístico 2022

Otorgado por la OMPT

Twitter @NatividadSanche

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