Hace unos días viendo la película La Terminal, que protagoniza Tom Hanks y dirige Steven Spielberg, donde el actor principal con el nombre de Víktor Navorski llega al Aeropuerto Internacional John F. Kennedy y le es negado el acceso a los Estados Unidos, pues durante su vuelo, su país de origen Krakoshia (sitio europeo creado para la película e inspirado en la Unión Soviética) sufrió un golpe de Estado, debido a la guerra civil, y Estados Unidos dejó de reconocer a Krakoshia como una nación soberana, por lo tanto le niegan la entrada con el argumento de que Viktor no tiene ciudadanía y no puede salir del aeropuerto, pero tampoco volver a su país, así que no hay de otra más que vivir en la terminal. Dicho suceso me hizo pensar si podría suceder, desde luego que sí, resulta que el filme está basado en una historia real. Y tal como lo es, “en este mundo matraca…todo puede suceder”, según los datos de la Organización Mundial de las Naciones Unidas, cada 10 minutos nace una persona que no es reconocida, ya sea por leyes discriminatorias, raza, religión, etnia o destinos como Siria en donde la madre no puede heredar la nacionalidad a su hijo, significa que los niños solo pueden obtenerla de su padre. Conflictos como el de dicho país produce millones de refugiados pues más del 25% se quedan sin padres, y como la partida de nacimiento es el único medio para verificar su identidad, se quedan sin nacionalidad. Sucede también en Arabia Saudita, Barbados, Bahamas, Burundi, Jordania, Líbano, Malasia, Nepal y Omán. Quienes no tienen nacionalidad son llamados “apátridas”, y al no estar adscritos a un estado deben sobrevivir sin la protección y derechos que concede un país. Datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados revelan que actualmente afecta a 10 millones de personas en todo el mundo, y más de 680,000 viven en Europa. Las principales causas son, entre otras, la disolución de la Unión Soviética en 1991 y la división de Yugoslavia. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados ACNUR existen 267,000 personas carentes de nacionalidad en Chipre, Estonia, Malta y Polonia.

¿Y en México sucede? Sí, “son los niños sin nombre o ciudadanos invisibles para el gobierno”. En este país nacen cientos de niños que no pueden obtener una identidad legal, debido a que sus padres son migrantes indocumentados, así que el registro civil les niega las actas de nacimiento. Casos hay muchos, pero si quieren comenzar por el de la película, busquen a Mehran Karimi Nasseri, un refugiado iraní que quedó varado 18 años en el Aeropuerto de Paris-Charles de Gaulle entre el año 1988 y 2006, al no contar con los documentos necesarios.

Queridos lectores, pero ¿qué problema podríamos tener si no pertenecemos a ningún país? Una persona sin nacionalidad no cuenta siquiera con el conjunto mínimo que te ofrece una nación en cuestión de derechos humanos, acceso a la educación, empleo y alojamiento, ya ni siquiera pensamos en los viajes, desde luego no puedes salir a ningún sitio, pues al no tener nacionalidad, no hay manera de identificarte, mucho menos contar con un pasaporte.

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