En lo que abordamos rumbo a México desde el Aeropuerto Internacional de Orlando, Florida, relato lo que veo como retos que se avecinan en este 2022 en el ramo de los viajes. Como primer punto, antes que apareciera Ómicron en el mundo, la mayoría de los especialistas vaticinaban si no una portentosa recuperación, algo parecido a lo que vivimos en  2019, un tipo de turismo adelantado a la economía global.

Se preveía un crecimiento de entre el 3% y el 4% en 2020, perspectiva que quedó plasmada en el último índice de confianza registrado de la Organización Mundial del Turismo. Por lo que se tenían grandes esperanzas en algunos eventos deportivos, entre ellos los Juegos Olímpicos de Tokio, y otros culturales, como la Expo 2020 de Dubai. Contrario a todo ello, comenzamos  2022 como un déjà vu, con cancelaciones de vuelos, cierre de fronteras y cruceros navegando sin poder desembarcar.

Así que el sector seguirá enfrentando el hecho de que surjan más sistemas, códigos de seguridad y protocolos sanitarios, que desafortunadamente todavía no están del todo establecidos, es como un árbol con muchas ramificaciones que no tienen sentido, cada aerolínea, país, estado, e incluso cada casa tiene sus propias reglas, tanto con el surgimiento de variantes del SARS-CoV2 como la aparición de nuevas enfermedades. A ello aunamos el hecho de que la mayoría de los ya vacunados todavía no tienen un código QR con qué comprobar el estado de sus dosis. Por experiencia propia, en Houston quienes recibimos alguno de los “shot”, como le llaman en tierras estadounidenses, no contamos con un certificado digital, y en Boston Massachussets con el “booster” o refuerzo, el sistema está en proceso.

Por otro lado a los “ no vacunados” se les restringen  actividades.

Puedo decirles que sí existen  avances en cuestión de organización para abordar un avión o un barco. En lo que se refiere a la documentación de maletas y “check-in”, en algunos sitios es mucho más sencillo, sin contacto alguno, en varios aeropuertos instalaron unas máquinas donde tú mismo puedes realizar todo el proceso, ésta te va guiando hasta que te entrega la etiqueta de la maleta y ticket de vuelo, incluso escaneas el pasaporte en caso de requerirlo, por lo que el proceso de entrega en ventanilla es mucho más ágil. El de los barcos, lo haces desde casa, la naviera te manda todo a un correo electrónico, lo imprimes y lo acomodas en tu equipaje, al llegar sólo la entregas y “voalá” aparece como por arte de magia fuera del camarote. Para desembarcar de las aeronaves debo de felicitar a mi México, pues ahora es mucho más ordenado; en Estados Unidos sigue el “desbarajuste” sin pies ni cabeza. Para los barcos implementaron horarios de salida, de tal forma que no te cruces con el vecino, evitando aglomeraciones.

Por cierto, el código de este aeropuerto en el que estamos no coincide con las siglas que le corresponderían “MCO” (Aeropuerto Internacional de Orlando), pues representa el nombre anterior, la Base de la Fuerza Aérea McCoy, una instalación del Comando Aéreo Estratégico, que se cerró en 1975 como parte de una retirada militar general después del final de la Guerra de Vietnam (sólo como dato curioso). ¿Y a ustedes cómo les va con el doble cubrebocas?

*Periodista y conductora

Premio Nacional de Locución otorgado por la ANLM

Google News