Cada verano, millones de personas se lanzan a las costas en busca de sol, mar y descanso, y desde luego que todos sabemos qué hacer; sin embargo, no me dejarán mentir que algunos destinos han cambiado debido a que en ocasiones se nos olvida lo que no debemos de hacer. Las playas se convierten en puntos de encuentro, en escapes de la rutina, y en escenarios donde lo mejor y lo peor del comportamiento humano salen a relucir. Y aunque todos tenemos derecho a disfrutar del mar, también tenemos la responsabilidad de hacerlo con respeto y conciencia. Por eso, es necesario hablar de lo que no debemos hacer este verano en las playas. Punto número uno, “no dejes tu basura”. Parece obvio, pero sigue siendo uno de los errores más comunes. Botellas de plástico, colillas de cigarro, bolsas, restos de comida… todos estos residuos acaban no solo ensuciando el entorno, sino también afectando gravemente a la fauna marina. Si llevaste algo a la playa, llévatelo de vuelta. Tan simple como eso, todos podemos cargar con una bolsa para almacenar nuestra basura y llevárnosla para depositarla en donde corresponde. Y aquí cabe mencionar que también debemos de respetar la vida marina y el ecosistema. Es importante no dejar basura en el mar, ya que en muchas ocasiones sucede al meterse con comida, dejar los recipientes. Para ayudar también podemos usar bloqueador biodegradable y ojo, tocar corales o cazar animales marinos por diversión son prácticas destructivas. Las playas no son parques temáticos. Son hábitats frágiles que necesitan protección, no turistas destructivos.

Siguiente regla. No uses bocinas como si estuvieras solo, no digo que no lleves música, digo que lo hagas con respeto. Compartir música está bien, pero imponerla es otra cosa. Muchas personas van a la playa buscando paz, no una discoteca improvisada. Una opción es llevar audífonos si quieres escuchar tus canciones favoritas o bajar el volumen si estás con amigos. El respeto auditivo también cuenta. Otro punto sumamente importante y que nadie debería saltarse es no ignorar las señales de seguridad. Cada año hay accidentes que pudieron evitarse solo con leer y obedecer las banderas rojas o las advertencias de los socorristas. El mar es hermoso, pero no deja de ser impredecible. No pongas en riesgo tu vida ni la de otros por imprudencia. Tampoco invadas el espacio de los demás. Las playas públicas son para todos, pero eso no significa que puedas colocar tu sombrilla encima de otra familia o jugar futbol en medio de un grupo descansando. El respeto por el espacio ajeno también hace la diferencia entre una buena jornada y una pesadilla playera. Vamos, no te olvides del civismo básico. Desde orinar en el mar hasta dejar pañales tirados, hay conductas que sencillamente no tienen justificación. El civismo no debería tomarse vacaciones. Lo que haces en la playa dice mucho de ti como persona.

Queridos lectores, para mí el verano es un privilegio, no un derecho con el que todos cuentan. Y disfrutarlo bien depende tanto del clima como del comportamiento de quienes lo comparten. Este año, más que nunca, pensemos en las playas como espacios comunes, como entornos que merecen respeto y cuidado. Porque solo así podremos seguir disfrutándolas por muchos veranos más. El verano no debería dejar huellas… salvo las de nuestros pies en la arena. ¿Están de acuerdo?

Periodista y conductora

Premio Internacional de Periodismo Turístico 2022

Otorgado por la OMPT

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