Para viajar a Canadá se necesita una visa, o un permiso si es que cuentas con la visa americana, y la verdad es que es un trámite muy sencillo que se puede realizar totalmente en línea. La eTA (Electronic Travel Authorization) es un permiso que cuesta sólo siete dólares canadienses cuando se gestiona directamente en el sitio oficial del gobierno. Sin embargo, alrededor de este han surgido decenas de páginas que aparentan ser oficiales o que se promocionan como “agencias especializadas”, pero en realidad engañan al usuario cobrando mucho más de lo debido o capturando datos personales para fines poco claros. El problema no siempre radica en sitios falsos creados para estafar, sino también en empresas reales que operan en la frontera entre la legalidad y el abuso. Estas páginas no son necesariamente fraudulentas en el sentido penal, pero usan tácticas confusas para hacerte creer que son la única vía válida para obtener la eTA, y así justifican cobros de entre 80 y 200 dólares por un trámite que oficialmente cuesta sólo siete. Se aprovechan del desconocimiento y de la urgencia del viajero, con diseños que imitan al gobierno, textos en tono institucional y mensajes que generan presión, como “procesa tu solicitud hoy” o “últimos cupos disponibles”. En muchos casos, cuando el usuario se da cuenta, ya ha pagado de más y ni siquiera sabe exactamente a quién. Incluso aparecen nombres de dominio que suenan oficiales, como “canada-eta.visasyst.com” o “etacanadaonline.org”, que nada tienen que ver con el gobierno de Canadá. El único portal auténtico es accesible únicamente desde “canada.ca” o direcciones terminadas en “gc.ca”. Si una página no tiene ese dominio, es motivo suficiente para desconfiar.
El abuso en este tipo de trámites no se limita a la eTA canadiense. También hay páginas que ofrecen gestionar documentos de entrada a otros países cobrando cifras desorbitadas por formularios que son gratuitos o muy baratos en los portales oficiales. Algunos usuarios han presentado denuncias ante la Policía Cibernética o la Guardia Nacional, especialmente en México, ya que muchos de estos sitios están dirigidos a hispanohablantes. En caso de haber pagado con tarjeta y darte cuenta después de que fue un engaño, llama de inmediato a tu banco para bloquear el plástico y reportar el cargo como no reconocido o explicando que el sitio se hizo pasar por una entidad oficial o que el monto cobrado no corresponde al servicio ofrecido. Los bancos suelen investigar este tipo de reclamaciones, y en muchos casos el dinero puede ser devuelto. Es importante guardar capturas de pantalla del sitio, correos de confirmación y el registro del pago, ya que todo esto servirá como evidencia tanto ante el banco como en una denuncia cibernética. Conviene recordar que el costo de la eTA es siempre de siete dólares canadienses, que el trámite se realiza sólo en el sitio del gobierno y que no se necesita intermediario alguno. Si te piden más dinero, desconfía.
Queridos lectores, más allá del costo, el riesgo mayor está en entregar tus datos personales a sitios no oficiales, lo que puede derivar en robo de identidad o uso indebido de tu información. Reportar un abuso no solo protege tu bolsillo, sino que ayuda a que las autoridades puedan rastrear y cerrar páginas fraudulentas. En tiempos en los que todo parece gestionarse con un clic, lo más prudente sigue siendo verificar dos veces antes de pagar. ¿Te ha pasado?