La reciente toma de la Fiscalía General de la República (FGR) por parte de Claudia Sheinbaum y el oficialismo, es un capítulo más de la ambición de poder para fortalecer su hiperpresidencialismo. Sí, luego de la sobrerrepresentación; reformas constitucionales a modo; colonización y/o desaparición de órganos autónomos; toma del Poder Judicial —incluida la falsedad de las elecciones del acordeón—; entre otras; ahora suma la simulación de la renuncia a la FGR de Alejandro Gertz Manero, entre comillas, para controlar y dominar esta institución. Así, también, consolida la regresión democrática.

Pero lo expuesto no representa defensa alguna del cuestionado Gertz Manero, próximo embajador “ante un país amigo” (todavía no dicen cuál, para acomodarlo/acomodarse como fruto del intercambio forzado del renunciado, remoción impune o expulsión premiada, según se vea —y sin causa grave—, incluyendo mentiras de quienes dicen no mentir).

En un proceso desaseado y opaco —donde destacó el señalado Adán Augusto López—, con filtraciones y una versión oficial difícilmente creíble, el ahora exfiscal no terminó su periodo. Sheinbaum dijo: “Se cierra un ciclo, se abre un ciclo nuevo y él va a representar a México en una embajada”. Y afirmó que había realizado un buen trabajo (pero no había satisfacción). Necesitamos, sostuvo, “mucha más coordinación de las fiscalías estatales y la Fiscalía General de la República. Hay temas importantes y necesitamos que haya una coordinación mayor”. Respecto a su explicación existen muchas dudas y sospechas porque no le corresponde abrir o cerrar ciclos en órganos constitucionales autónomas.

Sheinbaum explicó: aceptó (Gertz) bueno, más bien, él nombra a Ernestina Godoy como encargada del área de Control Competencial.

Vimos otra patraña del oficialismo morenista, uno de esos sorteos con ganadora predeterminada: la lista de 10 y luego el envío de 3 por parte de Sheinbaum, y qué nervios, qué angustia, unos decían que sería la exconsejera jurídica de la Presidencia, otros que Ernestina, y algunos más que Godoy Ramos (la misma persona). Y, ¡sorpresa! Todos tenían razón, fue la exconsejera jurídica de la Presidencia, Ernestina Godoy Ramos, (como un fallido acto de magia de Beto El Boticario). Ella no es ni será autónoma, no puede serlo —ya se recuerdan hechos relevantes que lo demuestran—, y lo que se busca es sumisión, independientemente de cualquier coordinación. Será fiscal carnal. El mismo López Obrador hace tiempo, refiriéndose a ella, había dicho que, si se le dice fiscal carnal, “está muy bien dicho eso”.

Sheinbaum expresó que lo importante son los “resultados” (aunque también lo son verdad, legalidad, democracia, medios y fines), y ya cuenta con el equipo que tenía en el DF (Rosa Isela, Harfuch y Godoy), aunque utilizara simulación democrática para ello. Veremos si, por fin, hay mejores resultados y caen los de casa o sólo se consolida el pacto de impunidad, como hasta el momento. Por lo pronto, adiós a la Fiscalía autónoma.

Consultor. Doctor en Comunicación, y Ciencias Políticas y Sociales.

Google News