¿Cómo fue que llegamos a estos estados de violencia? Los mexicanos se han acostumbrado no sólo a la ejecución de la muerte, sino a la crueldad. Que ya es mucha.

Pobre país en el que se mata como relato cotidiano. Narrativa del silencio y el dolor.

¿Cómo fue que matamos a diestra y siniestra a nuestros jóvenes?

¿Qué sucedió?

¿Cómo lo permitimos?

¿Y qué vendrá?

Muerte y video.

Muerte en video.

Y no sentimos.

Nuestros muchachos, en video asesinados. La muerte como deporte se desatiende.

Y el dueño del palacio se desatiende.

Ríe.

Burla y se burla.

No hay dolor más dolor que este adentro.

Pobre país que se acostumbró a la muerte.

A buscar entre los muertos y los desaparecidos. Pobre México de huesos y descuartizados.

Pobre México de madres desconsoladas y padres desvanecidos.

Hay que decirlo: México está muriendo.

Muertos miles de jóvenes.

México está muerto por dentro.

Muerto.

Más de 160 mil muertos en este sexenio, Y faltan en la lista. Mientras se escribe esta columna vendrán más a la estadística.

Porque matar, en México, es sumar y restar.

Dato y muestra.

¿Cómo fue que llegamos a tanto?

Nos fuimos acostumbrando a la muerte.

Primero fue uno.

Luego dos.

Y, después, tres.

Cuando fueron 10 mil ya no era uno ni dos ni tres. Eran datos del homicidio.

Eran centenas de miles.

Desaparecidos y asesinados. ¿Qué sucedió?

¿Por qué matamos a tantos?

¿Qué sería de ellos ahora?

México mata y mata en serio.

La muerte de los jóvenes de Lagos de Moreno es ejemplo de la crueldad y la desgracia, de la ofensa sin piedad.

Cuando el “Ya basta” no sirve de nada, vale la pena el desprecio a la autoridad.

La humillación y el desprecio a la vida debe ser reprochable.

Cuando Dios se ha ido, no hay consuelo, ni existencia.

El presidente de México no entiende que no hay reparo ante el duelo.

Pobre país en el que lo jóvenes no tienen presente ni futuro.

Pobre México.

Lo queda es buscar entre los huesos y entre las bolsas negras de la masacre…

Twitter: @LudensMauricio

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