Hubo poema. Aire de libertad. Juventud. Calle. Aroma de novela.
El 68 indicó el camino.
La paloma es la paz. Todo es posible. El Dios laico pobló los lugares. Y los jóvenes surgieron.
Praga, París, Ciudad de México. Todo lleno, y protesta. Poetas de cuello largo. Ahora que el mundo se acaba, de nueva cuenta, es conmovedor.
Margarita y oreja.
Tú, yo. Nosotros. El 68 es relato, el relato Olímpico de odiseas y de mujeres.
En el 68 hubo, también, juego, esperanza, llegada.
México era el mundo, como siempre.
Serpiente y sol; luna y viento.
Hace 55 años, la lírica fue deportiva: largo camino, salto, y velocidad, física del encanto.
Todo es deporte.
Todo es sueño.
Hubo poema, relato en el 68.
Y El mundo, como ahora, se venía abajo.
Fría la guerra, cuando el día.
En el 68, la fiesta ardía.
Tiempo de atletas.
Obra.
Heródoto de cronista.
En el salto largo, en el de atura, en la piscina, en la dramaturgia de la gimnasia, se rompieron todos los récords, y Dios dispuso a la especie.
En el 68, hace 55 años,
Hubo Homero y sutilezas,
Hubo un dios y un poeta…