Estudiosos encuentran muchos atractivos para que tu emprendimiento tenga bajo el modelo de franquicia un potente motor de crecimiento y sea la vía estratégica para esa expansión que anhelas. Me gusta esta máxima: “alinea tus ambiciones con los objetivos de crecimiento de tu marca”.

Buena parte de los propietarios de negocios sueñan con su desarrollo sin que ello sacrifique el control que tienen ni represente un riesgo de endeudamiento, ¿cuál es entonces el atractivo de las franquicias? Hay que aclarar que la franquicia trasciende un marco legal u operativo; es un modelo de desarrollo empresarial basado en valores y una visión compartida, permitiendo a los negocios expandirse con mayor eficiencia que los métodos tradicionales. Pero, ¡mucha atención! Si bien las recompensas de la franquicia pueden ser significativas, su éxito depende de que elijas la opción, el modelo y la asesoría adecuada y una sólida base de excelencia operativa.

La franquicia permite a las empresas crecer con franquiciatarios que invierten su propio capital y aportan su experiencia en el mercado local. Este modelo crea entonces una sólida alineación de incentivos: tanto el franquiciante como el franquiciatario están igualmente comprometidos con el éxito del negocio, impulsando el rendimiento y la responsabilidad en todos los niveles. Para las empresas con un concepto consolidado, la franquicia ofrece una vía eficiente en términos de capital para el crecimiento nacional o incluso global, a la vez que preserva la propiedad y el control, dicen los expertos.

Pero, ¿cuándo la franquicia cobra sentido para tu desarrollo de empresa?

No olvidemos otra máxima: “Para el negocio adecuado, la etapa adecuada”. Las empresas con un modelo de negocio probado, una sólida economía a nivel de unidad y un proceso estandarizado suelen estar bien posicionadas para franquiciar. Estos son los elementos fundamentales que inspiran confianza a los inversionistas y permiten la expansión sin comprometer la calidad ni la integridad de la marca. Convierte el crecimiento en un esfuerzo colaborativo y transforma el desarrollo empresarial de una iniciativa vertical a una fuerza impulsada por una red.

Pero, ¿cuáles son los desafíos por considerar antes de franquiciar?

Hay que admitirlo, no se está exento de complejidades. Una de las ideas erróneas y más comunes es que la franquicia es una estrategia de “no intervención”, es decir, que una vez que el franquiciante se une, el negocio puede crecer automáticamente. En realidad, una franquicia exitosa requiere una inversión inicial significativa en infraestructura, capacitación y apoyo continuo. Las marcas deben estar preparadas para dotar a sus inversionistas de las herramientas, los sistemas y la orientación necesarios para operar con consistencia.

Franquiciar su negocio implica entrar en una industria completamente nueva. Esto implica no sólo vender franquicias, sino desarrollar un programa de capacitación integral y brindarlo con apoyos continuos a sus franquiciatarios. ¿Qué decides? Vendrá una segunda parte.

Google News