Fue una jornada redonda como el alimento mismo al que se honró por su tradición italiana, la pizza napolitana, hoy, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco. En una terraza al sur de la Ciudad de México, y dentro de la inagotable vida comercial de la alcaldía Benito Juárez, se inauguró la primera escuela que certificará a profesionales en la elaboración de pizza. Nada menor la trascendencia, cuando nuestro país es el tercero a nivel mundial con el mayor consumo per cápita de pizzas.
Su nombre, Capolavoro_Scuela, con la que se busca terminar la improvisación y lograr una auténtica formación de nuevas generaciones de pizzeros. Su fundador, el maestro Joshua Serrano, en un nuevo desafío, decidió centrarse en la academia y posponer su avance de restaurantes exitosos. Convenció a la red educativa de la Associazione Pizzaiuoli Napoletani, (APN) —Asociación de Pizzeros Napolitanos— para ser parte de ella; también, al mismísimo Ciro Cascella, ganador en los últimos cuatro años de la estrella Michelín con su fórmula 3.0 Milán, considerada dentro de las tres mejores pizzerías napolitanas por llevar este alimento a otro nivel, y venir hasta México como testigo de honor.
Convenció también a empresas italianas de tradición como Caputo y sus harinas para estar presentes e incluso, hacer el lanzamiento de su línea multicereal y lograr “obras maestras” de ligereza y digestibilidad durante una máster class impartida por los propios Ciro y Joshua.
Vendrán ahora cursos de formación profesional para pizzeros que se podrán tomar en la capital del país, en una experiencia formativa de alto nivel que convocará a ilustres maestros pizzeros para el egreso de un profesional certificado, “capaz de competir en un mercado laboral creciente”.
Joshua Serrano, fundador también de la Asociación Mexicana de Pizza y único mexicano campeón panamericano de la pizza, mostró su beneplácito por “escalar poco a poco” y en la última década lograr un parteaguas en el desarrollo de este alimento en nuestro país, que consume 155 millones de pizzas al año. “Solo le aventaja el taco”.
La escuela para pizzeros no estará cerrada a ningún estilo. Dentro de las instalaciones de Capolavoro también los fanáticos de la pizza y pasta podrán vivir “experiencias” de fin de semana.
El campeón Joshua Serrano comenzó a los 17 años su pasión por el buen comer; “a Nápoles se fue con poco”, recuerdan sus padres, que emocionados, revelaron el mejor ingrediente logrado por su hijo: “su autenticidad y generosidad” dentro y fuera de la cocina, lo mismo en Italia, que, en México y Argentina, logra amigos siempre “al dente”.
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