Mario Antonio Morales

EIA: una ONG radical, no una agencia estadounidense

No caigamos en la trampa de ONG. El comercio de mercurio, cuando es regulado, es legítimo

La minería es una actividad económica importante para el estado de Querétaro por ello se vuelve indispensable que su desarrollo mantenga el equilibrio dentro del marco legal y los derechos de quienes se dedican a ello, y apartarla de una “guerra sucia”. Los pobladores de la Sierra Gorda se mostraron satisfechos por el momento que se tiene con la actividad extractiva y el beneficio familiar en la región.

El gobernador Mauricio Kuri abundó que los mineros se sienten ofendidos por las acusaciones de un supuesto tráfico de mercurio. El tema es “totalmente falso” dijo enfático, luego de reunirse con el secretario de Seguridad, García Harfuch, cita en la que aseveró, ni siquiera se puso el tema en la mesa.

Pero el problema con la desinformación es que se disfraza de denuncia. Muchas publicaciones en medios han replicado los hallazgos del más reciente informe de la organización Environmental Investigation Agency (EIA), creyendo erróneamente que se trata de una agencia oficial del gobierno estadounidense. Falso.

La EIA ni siquiera es estadounidense: fue fundada en Reino Unido y está integrada por activistas radicales, algunos son exintegrantes de Greenpeace. Su objetivo, lejos de hacer ciencia, es generar presión mediática a través de informes sesgados.

En su reciente reporte acusan la presencia del crimen organizado en Querétaro basándose sólo en que no se les permitió el acceso a minas privadas. También vinculan a personas con el tráfico de mercurio sin ofrecer una sola prueba documental o sentencia judicial. Incluso, señalan erróneamente a una mujer como exdiputada cuando jamás ha ocupado ese cargo.

Más aún: todo el escándalo nace de un decomiso en Perú, de un cargamento cuyo contenido químico ni siquiera ha sido confirmado. La propia SUNAT (aduanas y administración tributaria de la nación andina) reconoce que están en curso los análisis de laboratorio y que no existe, por ahora, una conclusión oficial sobre su composición o procedencia. Pero para la EIA, eso bastó para construir una historia global.

En charla personal con varios mineros queretanos no escondieron su sorpresa por la forma en que se ha trastocado un desempeño comunitario que “tantas lecciones nos dejan”. Defendieron su fuente de trabajo aún en arduas jornadas, por el ingreso familiar que les representa, “mucho mejor que en otros tiempos”. Pidieron que se defienda su actividad artesanal que en nada guarda vínculos ilícitos.

No caigamos en la trampa de ONG con agenda ideológica, que disfrazan activismo como “investigación” y dañan sectores productivos legales.

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