En México aún existen 21 millones de habitantes sin acceso al agua potable, este rezago y una creciente demanda por el vital líquido, cuando la peor sequía parece extenderse y la ola de calor recrudece como una “probadita” del calentamiento global, despertó ya una competencia que no tendrá paralelo en otros giros industriales y comerciales; estamos hoy frente al negocio del rendimiento nacional —sin agua, no habrá vida—.

En las últimas dos décadas, la fabricación, distribución, instalación de plantas purificadoras de agua y con ello, la comercialización del vital líquido, encontró en el modelo de la franquicia los valores y procesos para extender con responsabilidad a la población, la oferta de una botella o garrafón de agua de calidad a un precio justo.

Nada menos, en este 2023, se reconoció a la marca líder de este segmento como la Franquicia Mexicana del Año y se le ubicó dentro de las 500 empresas más importantes de México, luego de trascender con sus modelos de negocios a otros países. La del único garrafón hexagonal de color rosa, suma una red de mil 710 franquicias.

Con esta brecha abierta, como era de esperarse, el alud de negocios en la purificación de agua, se ofrece en diversas líneas o modelos a un emprendedor “sediento” también de un mejor escenario económico. La honestidad, la responsabilidad y la autenticidad de una marca sobre el manejo de un elemento de supervivencia como lo es el agua, no deben escatimarse ni una gota.

La oferta que enturbió.

En la víspera de la Feria de Franquicias de la CDMX de marzo, cuestioné el que menos de la mitad de los expositores no documentaba un paso consolidado como franquicia, pero quien se estrenó como responsable de “Aquaclyva” para ofrecer a inversionistas su modelo de negocio, consideró que lo escrito en esta columna eran “fuertes declaraciones, medio tendenciosas” que no impulsarían la visita de emprendedores cuando él, esta vez, representaba a una marca con muchos años de trayectoria en la industria de las franquicias, así se quejó.

A la distancia, como lo puede revisar toda persona en el dominio de marcia.impi.gob.mx/marcas del Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual, la “autenticidad” que destaca “Aquaclyva” como valor para competir en la industria de la franquicia, resulta que no es tal. Pues la marca bajo la cual explota comercialmente su franquicia, desde hace nueve años pertenece a la particular Ruth Jiménez Almanza, y no a quienes la ofrecen como franquicia.

En el par de categorías de la clasificación internacional niza 32 y 35, el IMPI ha rechazado la nulidad del registro que posee la señora Ruth, a insistencia de la empresa de obtenerla. Entonces, ¿cómo en su contrato venden una franquicia cuyo registro de marca no es de ellos? ¡Si no son dueños de la misma! No pueden ostentarse como franquicia Aquaclyva de venta de agua purificada, es sencillo.

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