La rotación de personal en ciudades comerciales e industriales del país, como Querétaro, se convierte en ese sinsabor que padecen diariamente empresas y negocios preocupados por el impacto económico y productivo que esto tiene, y con ello, la estabilidad misma de su marca.
¿Qué pasa en esta red o equipo de colaboradores y empleados, sin duda, el corazón mismo en todo negocio? ¿Por dónde comenzar para mantener su presencia, para motivarlos y mejorar incluso su desempeño?
Ernesto Escalona es un profesional en Recursos Humanos, buscador incansable de estrategias innovadoras para el desarrollo organizacional y el llamado “salario emocional” en diversos sectores. Desde hace 26 años, participaba en procesos de fusión del sector financiero. Nuestra charla con él fue aleccionadora.
“Las empresas buscan nuevas ideas para una mayor productividad, pero se quedan en el terreno tradicional, cuando hoy la innovación permea en todo paso fabril y comercial”. Queremos que los colaboradores generen ideas en favor de la empresa. ¿Pero, si no hay motivación cómo se les ocurrirán? plantea.
No es ningún secreto que la productividad es un factor vital en el cumplimiento de cualquier objetivo. Aun así, estudios demuestran que sólo 7% del personal afirma sentirse productivo en su trabajo: grave, ¿no? Y en el reverso de la moneda: el 82% del personal opina que recibir reconocimiento por sus contribuciones aumentaría su compromiso. Esto establece un vínculo claro entre los estímulos y el compromiso del que todas las empresas pueden beneficiarse.
Ernesto Escalona, fundador y CEO de Luami Travel, firma mexicana que desde la capital queretana se especializa en ofrecer soluciones estratégicas a las empresas a través de los viajes integrando bienestar, motivación, eficiencia y permanencia de trabajadores para la retención de talento, asegura que llegó la hora de poner fin a esa cultura del estímulo que se queda colgado en un diploma, del regalo de electrodomésticos que ni siquiera necesitaba el empleado, de las comidas internas, de los bonos.
“Entendamos que los trabajadores también han cambiado, que buscan experiencias, atmósferas y, sobre todo, libertad con los suyos. Tú elijes, tú lo ves, lo vives, seleccionas y disfrutas”. Pero en el 85% de las empresas sus mandos determinan cómo incentivar a los trabajadores y otorgan el regalo, pero nunca preguntan al colaborador qué es lo que quiere.