El 14 de febrero se festeja a San Valentín, patrono del día del amor. Esta fecha que han hecho simbólica las empresas de mercadotecnia, busca convencernos de que la mejor manera de demostrar amor es gastando dinero. Por su parte los medios de comunicación, particularmente la televisión y el cine, nos ha vendido una idea tremendamente distorsionada de lo que significa amar a una persona.

Esta visión del amor nos ha convencido de que el amor todo lo puede, todo lo perdona, no tiene límites, es celoso y que te hace sufrir. Las telenovelas, cuentos de hadas y películas de Hollywood están plagadas historias que nos convence de que está tóxica forma de amar es la única.

Los mitos que rodean al amor han condicionado a miles de mujeres a permanecer a lado de personas que, de manera cotidiana, las violentan. La violencia se ha convertido, por la mayoría de la sociedad, en expresiones naturales del amor: las bromas pesadas, los celos, las humillaciones, el sometimiento y el control son el pan de cada día de millones de mujeres que sufren en nombre del amor.

Ejemplos de esto sobran: las mujeres cambian su forma de vestir, se aíslan de sus amistades y familias, dejan sus profesiones o limitan su educación con tal de darle gusto a sus parejas porque eso esperan de ellas si realmente los “aman”. Por eso, las flores, chocolates, joyas, cenas y serenatas que recibirán el 14 de febrero servirán como evidencia de que los malos tratos que sufren bien valen la pena, porque se borran con los regalos que reciben una vez al año.

La romantización del amor tóxico que exige a las mujeres sacrificio y abnegación, se traduce en miles de carpetas de investigación abiertas en las diversas fiscalías del país por lesiones dolosas, violencia familiar e incluso feminicidio. En mi experiencia acompañando a mujeres víctimas de agresiones a manos de sus parejas, lo más difícil es comprender, que eso que "llaman amor" es en realidad violencia

Si queremos cambiar esta terrible realidad, tenemos que dejar de justificar como amor las violencias constantes que experimentan el 75.2% de las mujeres queretanas. Para que una mujer pueda salir del ciclo de violencia requiere de contar con una red de apoyo, recursos suficientes para poder sostenerse a ella, sus hijos e hijas, y la confianza en que las instituciones están preparadas para atender sus necesidades, tanto jurídicas como psicológicas y sociales. El momento más peligroso para una mujer que vive violencia a manos de su pareja es en el que ella decide romper con la relación. Ese momento requiere de una escucha activa, de empatía y de comprensión. Sin embargo, muchas de ellas reciben consejos que les recuerdan que "el amor te hace llorar".

Celebra el amor es válido, pero el amor que respeta, apuntala y que te acompaña como persona completa. Dejemos de una vez por todas el concepto errado que tenemos del amor. Debemos enseñar a nuestras niñas, niños y jóvenes que si el amor aprieta, no es su talla.

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