Maricruz Ocampo Guerrero

Ser madre en México (3)

26/04/2023 |07:24Maricruz Ocampo Guerrero |
Redacción Querétaro
RedactorVer perfil

La escena: Sara García rodeada de muchas de las leyendas del Cine de Oro Mexicano. Es el funeral del marido de la protagonista. Ella habla a todos sus hijos e hijas y les comparte que no abandonó al padre que hoy lloran, porque a su edad era demasiado tarde para poder empezar de nuevo y por eso era más fácil esperar su muerte. "Yo de tu padre no fui nunca su mujer, fui su esclava, una sirvienta que tenía como sueldo dos vestidos al año" le dice a Rogelio A. González y Ofelia Guilmain.

La película, realizada en 1970 se llama "¿Por qué nací mujer?". En ella se nos presenta la desgarradora realidad de millones de mujeres en México que dedicaban sus vidas a cumplir con las exigencias de una sociedad que imponía la abnegación, el sacrificio, la renuncia y la entrega total a las madres.

Esa película marcó mi vida, pues la primera vez que la vi comprendí que el reclamo que la sociedad y la familia hacen a las mujeres las convierte en personas que tienen la carga total del cuidado, la crianza y la educación de millones de niños, niñas, personas enfermas y adultas mayores. Trabajo del que se espera que hagan de manera gratuita, sin esperar remuneración alguna.

Las dobles y triples jornadas de trabajo que realizan un gran número de madres mexicanas son apabullantes. Mujeres que diariamente tienen que salir a laborar fuera de sus casas, regresan a hacerse cargo de la limpieza, las tareas, la comida y todas las cosas que sus hijos e hijas necesitarán al otro día: uniformes, almuerzos y materiales para la escuela.

Ese trabajo les toma en promedio 7 horas adicionales al que realizan en oficinas, fábricas y mercados. No descansan nunca.

Como sociedad tenemos que entender que educar y cuidar requiere de la  corresponsabilidad de todas las personas que integran un hogar. Las labores domésticas y de crianza no pueden seguir siendo responsabilidad exclusiva de las mujeres. Esa creencia de que es "natural" que le toque a las mujeres, debe desterrarse de una vez por todas al cajón de los estereotipos superados.

Me parece desconsolador pensar que la realidad que denunciaba Sara García en los años 70s, siga siendo la realidad de muchas mujeres mexicanas, que no se han visto beneficiadas de los grandes avances en materia de derechos humanos alcanzados gracias a la lucha de las mujeres feministas mexicanas.

Como sociedad y como gobierno tenemos la obligación de promover la corresponsabilidad familiar como un valor que debe enraizar en la manera en la que concebimos a las familias. Es imperativo que las instituciones responsables del avance de la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres realicen campañas con perspectiva de género que aceleren la transformación de los roles de las mujeres y los hombres en torno a las responsabilidades familiares de trabajo doméstico, de educación y de cuidado.

Dejemos ya de ver el 10 de mayo, como dicen en la película, "como el día en que damos un regalito con el que compramos 364 días de indiferencia".

Titular de Aliadas Incidencia 
Estratégica e integrante de la 
Red Nacional de Alertistas. 
Twitter: @mcruzocampo 
FB: maricruz.ocampo

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