La reforma constitucional al artículo 38, conocida como "3 de 3", establece que ninguna persona que haya sido sentenciada por violencia familiar, violencia política o delitos sexuales, podrá postularse a ocupar cargos de representación popular o servir en instituciones públicas como parte del funcionariado. Lo mismo aplica para las y los deudores de pensiones alimentarias.
Estas nuevas disposiciones se suman a otros logros obtenidos por el movimiento feminista, mismos que han impactado de manera trascendental en el derecho mexicano. Estos incluyen el elevar a rango constitucional el principio de paridad, la promulgación de la Ley General de Acceso de las Mujeres a Una Vida Libre de Violencia y el divorcio incausado.
La lucha por los derechos de las mujeres no es nueva. En los Congresos Feministas de Yuca tán en 1916, se acordó buscar que el reconocimiento de nuestros derechos quedara plasmado en la Constitución, lo cual nos fue negado por los constituyentes de 1917, quienes ni siquiera nos consideraron como ciudadanas. Fue hasta 1953 que se logró la reforma al artículo 34 constitucional que daría paso al voto de las mujeres en las elecciones generales y tuvieron que pasar 21 años más para que en 1974 se lograra la igualdad ante la ley entre los hombres y las mujeres y se reconociera el derecho a decidir el número y esparcimiento de hijos e hijas.
Nuestro país está cambiando a pasos agigantados y la lucha feminista representa el impulso más visible de ese cambio. Nunca como en los últimos diez años ha avanzado el reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres. Esto se evidencia en el gran número de jurisprudencias emitidas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Además, hoy contamos con protocolos de actuación para investigar desapariciones de mujeres y feminicidios, las y los juzgadores tienen la obligación de juzgar con perspectiva de género y los gobiernos implementan cada vez más acciones y programas para cerrar las brechas de desigualdad que han afectado principalmente a las mujeres.
La promulgación de la 3 de 3 mantendrá fuera de los espacios de poder a personas, principalmente hombres, que desde una arraigada cultura de machismo y misoginia siguen sin comprender que las mujeres somos sujetas de derechos.
La prohibición de que deudores alimentarios participen en contiendas electorales o lleguen a ocupar cargos en el gobierno es también una reivindicación para las niñas y los niños que por años han visto el enriquecimiento y avance de las carreras políticas de sus papás mientras ellos y ellas se encuentran en el total abandono. Igualmente los agresores, que han hecho del hostigamiento, acoso y abuso sexual de sus compañeras y subordinadas su modus operandi, lo pensarán dos veces antes de violentar a otra mujer.
Una de las consignas que más se escucha en las marchas feministas dice "...que tiemblen los machistas". Estoy segura que la publicación de la 3 de 3 ha puesto a temblar a más de uno.
Titular de Aliadas Incidencia
Estratégica e integrante de la Red Nacional de Alertistas.
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