Ayer las mexicanas hicimos historia. Por primera vez en doscientos años una mujer gobernará México. La Doctora Claudia Sheinbaum Pardo será la presidenta de nuestro país. Presidenta, así, con "A".

Celebro que una mujer sea la futura portadora de la banda presidencial. Su llegada no es casualidad. Este logro es sin duda suyo, pero también es resultado de la persistencia, resistencia e insistencia de miles de mujeres que desde el origen de nuestra república han luchado por el derecho a tener una mano en el timón que dirige el rumbo de nuestro país. Su llegada también es resultado de la paridad constitucional y del castigo a la violencia política contra las mujeres. Así lo reconoció ella misma en su discurso de celebración: "No llego sola, llegamos todas". Es verdad.

Una sociedad verdaderamente democrática requiere que los sistemas y procesos políticos tengan en cuenta las necesidades, sueños y aspiraciones de las mujeres. Incluirlas en condiciones de igualdad en la toma de decisiones que afectan sus vidas, sus familias y sus comunidades es reconocerlas y validarlas como sujetas de derechos.

Con Claudia Sheinbaum llegan cuatro mujeres a las gubernaturas de Veracruz, Morelos, Guanajuato y Ciudad de México, que se suman al grupo de gobernadoras de Chihuahua, Quintana Roo, Baja California, Campeche, Colima, Estado de México, Tlaxcala y Guerrero. Ellas dirigirán las vidas de más de 59 millones de personas, 46 por ciento de la nación.

Nunca como ahora las mujeres tenemos la oportunidad de imprimir nuestra huella en la política nacional desde una visión feminista que lleve a transformar la condición y posición de las mujeres de México. Espero que la nueva Presidenta asuma ese compromiso con todas nosotras. Lo mismo espero de las Gobernadoras, Diputadas, Senadoras, Presidentas Municipales, Síndicas y Regidoras. No basta con llegar, hay que rectificar siglos de discriminación y exclusión de las mujeres en los espacios de poder.

Espero que ellas, de la mano del activismo feministas, pinten de morado la política mexicana y que verdaderamente atiendan los reclamos de las mujeres y niñas. Espero que impulsen el derecho a la maternidad elegida, que recompensen el trabajo no remunerado de las mujeres y que consoliden el sistema nacional de cuidados. Espero que incorporen el enfoque feminista en los programas sociales y que ante las conductas que nos asesinan todos los días, activen la alerta nacional para erradicar la violencia feminicida. Espero que mujeres de todas las posturas políticas se sienten a la mesa. Espero que no olviden que la participación política es la única manera de acabar con la violencia y desigualdad en contra las mujeres. Espero que descubran una nueva forma de hacer política.

Enhorabuena a todas ellas.

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