Durante la clausura de los Juegos Olímpicos, la alcaldesa de Paris, Anne Hidalgo, hizo entrega del estandarte olímpico a la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, quien será la anfitriona de las Olimpiadas de 2028. A su vez, Hidalgo recibió la bandera olímpica de la alcaldesa de Tokio, Yuriko Koike. En 2026, México será co-anfitrión del Mundial de Futbol y nada me daría más gusto que ver a Claudia Sheinbaum y Clara Brugada, ocupar su lugar en el palco central del Estadio Azteca, junto a Kamala Harris.

Cada vez es más común ver a mujeres en cargos públicos, hasta hace muy poco tiempo reservados sólo para hombres. En meses recientes celebramos la elección de Claudia Sheinbaum como Presidenta de México, Kamala Harris se convirtió en la candidata a la Presidencia de Estados Unidos por el Partido Demócrata y Ursula von der Leyen fue reelecta al frente de la Comisión Europea.

Si bien es cierto que hay que celebrar los avances, debo reconocer que mi pesimismo insiste en aflorar. Según las Naciones Unidas, al paso que vamos, pasarán ciento treinta años antes de que logremos la igualdad de género en los cargos más altos de poder. Y si algo ha demostrando la llegada de mujeres a puestos de toma de decisión es que, en un mundo aún dominado por los hombres, la violencia política de género contra las mujeres no tiene para cuándo desaparecer.

Kamala Harris ha construido una carrera política destacada que la ha llevado a la candidatura a la Presidencia de EU. Sin embargo, igual que ha ocurrido con Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez, Beatriz Paredes, Tatiana Clouthier, Jacinda Arden, Margaret Tatcher y miles más, durante su carrera política ha sido blanco de ataques por ser mujer y solo por eso.

Desde su asenso a la candidatura demócrata, Kamala Harris ha sido centro de comentarios increíblemente sexistas por parte de su contrincante y su partido. Sin ir más lejos, en la entrevista que Donald Trump dio al dueño de X, Elon Musk, hizo referencia a la apariencia física de Kamala Harris además de llamarla “loca” e “histérica"; J.D. Vance, candidato republicano a la vicepresidencia, ha cuestionado la capacidad de Harris para comprender los problemas del país por el hecho de no ser madre.y el comentarista conservador Jesse Watters, dijo que “Cuando un hombre vota por una mujer, en realidad se transforma en una mujer”.

Los ataques dirigidos a las mujeres de la política incluyen, entre otros, señalarlas como sexualmente promiscuas; descalificarlas por sus relaciones familiares; acusarlas de "emocionales" y "hormonales" o decir que ser mujer les impide tomar decisiones firmes en materia de seguridad.

Si bien cada vez más mujeres ocupan alcaldías, curules, gubernaturas y sillas presidenciales, hoy más que nunca es necesario impulsar políticas feministas para garantizar su llegada a las mesas de toma de decisión, porque en política, cuando no tienes un lugar en la mesa, eres parte del menú.

Titular de Aliadas Incidencia

Estratégica e integrante de la

Red Nacional de Alertistas.

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Twitter: @mcruzocampo

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