De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), América Latina y el Caribe conforman la segunda región del mundo más lastimada por desastres causados por fenómenos naturales y según la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción de Riesgos de Desastres la frecuencia y la intensidad de las amenazas naturales seguirán aumentando debido al cambio climático.
Los fenómenos naturales, como las lluvias torrenciales que azotaron a la zona metropolitana de Querétaro, parecieran afectar a las personas por igual, sin embargo su impacto se agrava por la pobreza y la desigualdad que orillan a muchas personas a vivir en zonas de alto riesgo o que, tras un desastre, se ven impedidas de recuperar enseres, ropa, aparatos o documentos.
En caso de desastres la situación de las mujeres es aún más grave ya que son afectadas de manera desproporcionada por este tipo de eventos, sobre todo cuando viven en situaciones de vulnerabilidad o desventaja. De acuerdo con ONU Mujeres, en los últimos 20 años, el 60% de las muertes causadas por fenómenos climáticos extremos correspondió a mujeres. La OCDE ha estimado que las mujeres, los niños y las niñas tienen catorce veces más probabilidades de morir por un desastre natural que los hombres.
Un informe del Institute for Women Policy Research encontró que, debido a los roles de cuidado asignados a las mujeres, estas pasan gran parte de su tiempo en viviendas en condiciones precarias, comparadas con los edificios públicos o comerciales en los que los hombres laboran. Además, debido a esta función de cuidado, las mujeres, en especial las embarazadas o quienes han parido recientemente, ven reducida su movilidad, lo que aumenta la dificultad para salir de sus casas y trasladarse a una zona segura.
Debido a su condición de género, las mujeres también enfrentan un alto riesgo de violencia física, psicológica, sexual, patrimonial y económica, en el momento del desastre, durante la atención inmediata y en los años siguientes a los hechos.
Una vez superada esta tragedia, las autoridades queretanas, municipales y estatales así como el Gobierno Federal, deberán revisar su planes de contingencia para atender de manera eficaz las dificultades adicionales que enfrentan las mujeres durante un desastre como el ocurrido en Querétaro. Estas acciones deben incluir la evacuación oportuna de personas adultas mayores, con discapacidad, niños, niñas y de las mujeres que les cuidan y que no tienen un vehículo o a un lugar donde resguardarse; la reposición de enseres domésticos, ropa, útiles escolares y documentos oficiales: la reconstrucción y saneamiento de sus viviendas; el acceso a apoyos económicos y el acompañamiento emocional para superar el impacto del desastre en sus vidas.
Los desastres naturales afectan desproporcionadamente a las mujeres y eso debe atenderse.
Titular de Aliadas Incidencia
Estratégica e integrante de la
Red Nacional de Alertistas.
FB: maricruz.ocampo
Twitter: @mcruzocampo